Qué estúpidamente estúpido es todo, y qué estúpidamente estúpida se siente una al ver que no sirven una mierda sus palabras. A la gente le encanta sufrir, ser una mártir para gozar de un día al año de un reconocimiento (inmerecido).
Qué jodidamente divertida es la autocompasión y la hipocresía. Qué maravilloso es prestar tu atención a alguien y ver que la tira a la maldita basura.
2 comentarios:
Bienvenida al mundo real.
Y seguro que después ni lo agradecen...
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