Salir.
Cada noche, Monique despertaba con el resuello de su marido. Ma-ri-do. Esa foca asmática que tenía como compañero de cama, y nada más. Embarazó tempranamente, sus padres, acérrimos católicos, obligaron a esa joven e inmadura pareja a contraer matrimonio. La cara bovina de Bernard, resplandecía de felicidad, la delicada tez de Monique, lucía ensombrecida. Sus sueños se derrumbaron con el pronunciamiento de la llave de su encarcelamiento: sí, quiero.
Sigilosamente, se levantó de la cama y calentó leche en la cacerola mientras soñaba despierta y feliz, el asesinato de la foca.
2 comentarios:
No sé por qué, pero me encanta cómo suenan las palabras "asesinato de la foca" XD
Belsan, iba a poner exactamente lo mismo.
Asesinato de la foca segunda parte YA! ^^
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