miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Qué sería de estos fotógrafos wannabes si no existiera Photoshop?

lunes, 15 de febrero de 2010

- Me renuevo el DNI en julio del 2012, ¿cuándo se terminaba el mundo?
- En diciembre
- ¡Mierda! ya podría haber sido en julio.


¿¿Fin del mundo??
Mi generación ha superado crisis económicas, pandemias ultramegamortales, el efecto 2000... estoy un poco hasta las narices de esas teorías pesimistas, de la gente alarmista y de los medios de comunicación que atemorizan a la población. ¡Haced todos vosotros un suicidio colectivo, maldita sea!


sábado, 13 de febrero de 2010

- Me dijo que intentó suicidarse, con esto.
- ¿Con un abrecartas?
- Al final desistió porque se dio cuenta de que no cortaba.
- Podríamos sugerirle que la próxima vez utilice un cuchillo de plástico, con paciencia lo lograría.


Si alguna vez tenéis hijos, por favor, dadles amor, o intentarán suicidarse con un abrecartas.




lunes, 8 de febrero de 2010

Aunque sigo igual de ingenua y pueril y amante de Hello Kitty pero desintoxicada de sus cromos... he cumplido 19 años. Y, haciendo balance de este último año... no ha cambiado en absoluto mi vida. Me he renovado celularmente, sí, pero sigo con la misma cara de perdida en la jungla que me caracterizaba hace un año. Busco trabajo, busco estabilidad en los estudios... me levanto por las mañanas y me busco a mí misma, y cuando me encuentro me dan ganas de ahogarme en el inodoro.
Pero aquí estoy, luchando contra mi vagueza y yendo a patinar por las mañanas para sentirme bien conmigo misma. Ahora sólo queda enfrentarme a las matemáticas... y al frío de las 9 de la mañana.

Después de terminar Tokyo Blues, descubrir que los amigos son una mierda, asimilar mi bisexualidad sin comeduras de cabeza, aceptar que el trabajo no llama a mi puerta y que Bill Murray mola muchísimo... sólo queda meterme en un ascensor.



lunes, 1 de febrero de 2010

Me pregunto cómo serán los loqueros de la Seguridad Social, si realmente tratan y curan enfermedades mentales o al menos escuchan las bobadas de sus pacientes. Aunque tengo que tratarme, no me atrevo a ir a la consulta de mi médico y decirle que tengo (¿necesito? ¿quiero? ¿debo?) que ir al psicólogo. Es como si tuviera que abrir mi cabeza cual huevo en una sartén y vaciar su contenido, desnudar mis palabras a un desconocido de frías manos. Me pregunto si tendrá un mullido diván de cuero como en las pelis, llevará gafas de pasta o una libretita donde apunte mis chorradas.

Estuve citándome con una psicóloga del Servef que me guiaba a la hora de encontrar curro. Cuando tenía que decir "frustración" decía "fustración". Yo sí me sentía frustrada. Daban ganas de estamparle el DRAE en la cara y hacer que se comiera cada página de dicho diccionario.
Una persona no debe ser juzgada por su nivel de escritura o soltura al hablar, pero gente que aun teniendo un diploma comete faltas ortográficas, dice mucho sobre su profesionalidad, o al menos bajo mi punto de vista.


Estoy sintiendo una especie de animadversión hacia los psicólogos. Tiene gracia.