domingo, 25 de diciembre de 2011

Quiero vomitar.
Creo estar sufriendo una de esas idas de olla monumentales en las que me cuestiono cada paso dado en los últimos años.
Necesito vomitar. Es decir, expulsar recuerdos, palabras. Borrar mensajes de cierto sitio de Internet y emborracharme.
El otro día, haciendo limpieza en mi habitación, encontré objetos que ni sabía de su existencia. De esos que te evocan recuerdos amargos, esos que una vez vez fueron bonitos. Tiré todo a la basura.

Necesito ver Lost in Translation. Creo que me liaré un cigarrillo y me veré la película, es una gran vía de escape cuando se sobrecarga mi cabeza.

Llevo un mes sin escribir y hago esta entrada de mierda. No tengo perdón.

viernes, 25 de noviembre de 2011

A ti

Es curioso el maldito cariño que te he cogido, ¿sabes? el día que nos quedamos solos por primera vez, tomamos unos quintos y charramos y charramos y pude conocer un ínfimo porcentaje de lo que eres. Y lo que conocí en su momento, me gustó, creo que por eso comencé a querer quedar contigo. Sé que lo sabes, porque eres un ególatra de mierda y esas cosas, pero eres un tío sensacional, y te lo dice una que tiene pocos adjetivos bonitos para la gente en general.
Me encanta quedar contigo y hablar de idioteces que aparentemente no tienen sentido pese a que nosotros se lo demos. Me encanta que seas jodidamente feliz con tu chica y me transmitas esa alegría. Pero sobre todo, me encanta el hecho de haberte conocido.
Y te quiero un montonazo, eres un gran amigo, divertido, odioso, comprensivo y gran dialogante. Espero que valores esto que estoy escribiendo, porque ni dedico entradas en mi blog a cualquiera ni soy capaz de escribir estas pasteladas odiosas.

Feliz 27 cumpleaños atrasado, hace exactamente una semana de eso, pero ya sabes que no soy de hacer cosas normales.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Y cuando el mundo se desmorona, cuando todo lo que creías estable se tambalea a cada paso, sólo te queda mirar el plato de la comida, llorar como una niña y admitir que los tiempos pasados fueron mejores.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El día que me enamoré de Amélie Nothomb

Todo comenzó en el año 2008. Yo contaba con 17 años entonces, y mantenía mis rutinas placenteras del fin de semana. Todos los domingos me iba a Valencia a dar paseos sola, disfrutaba de todas las fases de mi escapada, desde los veinte minutos en autobús hasta el proceso de memorización de miradas ajenas. Mi paseo siempre terminaba en Fnac, donde me compraba un libro o simplemente vagaba por sus secciones. Ese día, mientras husmeaba en literatura extranjera de bolsillo, el título de un libro me llamó extraordinariamente la atención: Metafísica de los Tubos. Era muy fino, no contaba con más de 150 páginas, con una letra grande, leí la contraportada y en ese mismo instante ya me había enamorado sin reparar en ello. Compré el libro y comencé a leerlo por la calle. Al principio me resultó complejo, había párrafos que no comprendía, se me escapaban totalmente, pero eso no fue un impedimento para sentirme tan plena cuando lo terminé. Me propuse leerlo cada X meses hasta comprenderlo totalmente. Cuando cumplí mi reto compré otros cuatro libros suyos, los cuales devoré sin piedad. Justo en el momento que leí la última línea de Ni de Eva ni de Adán supe con certeza que estaba perdidamente enamorada de ella. Ya no es el hecho de amarla por lo que escribía, sino porque podía sentir cómo era ella leyendo entre líneas. Me siento demasiado identificada con ella, parece que diga cosas pensadas antes por mí o viceversa. Además, ambas somos contorsionistas de los dedos, eso es algo que une sin quererlo.
Todo esto parece absurdo, pero es la primera vez en mi vida que siento que alguien me conoce incluso antes de saber que existo y tristemente, quedará en eso.

martes, 8 de noviembre de 2011

Elegí fumar, elegí envenenarme, elegí autodestruirme, por consiguiente, también elijo mi propia muerte. Pensar en la muerte me hace sentir viva.

viernes, 4 de noviembre de 2011

¿No os pasa que tenéis un día de verborrea mental impresionante? justo así me siento en estos momentos. Realmente no tengo nada que contar o transmitir, aunque indirectamente así sea, pero siento como que quiero o tengo que decir miles de cosas pero no encuentro el medio o la ocasión. Así que todo mi vómito mental va a ser desparramado justo aquí.
Me estaba acordando de lo que me ha pasado hoy en el autobús. Parece que atraigo a la gente peculiar. Mola. En esta semana se me han acercado dos chicas de mi instituto en la parada con lo siguiente: me llamas mucho la atención, eres extraña y quiero conocerte. Halagador y raro, muy raro a la vez. ¿Porque leo mientras estoy ahí pasmada esperando? ¿Porque muevo los labios cuando escucho una canción? Realmente, lo que más me molesta de la situación es: ¿por qué me interrumpe mientras estoy leyendo? ¿acaso no ves que puedes estar molestándome? Aún así, es agradable conocer gente nueva, es una distracción mientras vas en el autobús, aunque muchas veces prefiera estar escuchando canciones que he oído como veinte o treinta veces.
Definitivamente, me gusta desplazarme así, veo a gente muy dispar, cada uno con sus propias miradas perdidas.
Me siento espesa, creo que la verborrea mental ha cesado. Aún quedan cosas en mi cabeza, pero esas prefiero guardármelas.

miércoles, 26 de octubre de 2011

(Tu) mirada

Ayer el mundo se congeló tres segundos, ¿sabes? Es algo extraño, pero me quedé sorda y ciega en ese tiempo infinito y efímero a la vez. Creo que lo único que llegué a escuchar con claridad fue el latido violento de mi corazón palpitando en mis oídos, creo que me pedía acercarme a ti.
Y es que esos tres segundos en los que tus ojos y los míos se vieron fueron como un freno en la traslación de la Tierra. Parece estúpido, pero hacía años que no me ponía tan nerviosa con estas cosas.

domingo, 23 de octubre de 2011

De vuelta a la vida

He vuelto al instituto después de casi dos años de agonizante espera. Estoy haciendo el grado superior de animación sociocultural en Valencia, en el maldito culo del mundo, el cual cojo dos autobuses diarios para llegar, perdiendo una hora cada vez, llevando además, un horario de tardes, llegando a casa a las 22 u 23 de la noche. Pero, la verdad, es que estoy realmente contenta. Mis compañeros son un encanto, las clases exquisitas y aprendo muchísimo. Realmente necesitaba esto, volver a las clases, a tener una rutina, a relacionarme... Siento que vuelvo a tener 15 años y es algo que me encanta. Voy... contenta. Llego, nos fumamos algún pitillo antes de entrar, charlamos de miles de cosas, entro y aprendo, debato o hago trabajos, salgo al patio, veo al chico que me hace evocar mi más tierna preadolescencia sólo mirándome a los ojos, nos sentamos, charramos, fumamos, vuelvo a clase, salgo, entro en el bus, paseo por las calles de Valencia, cojo otro y llego a casa.
Veo que mi vida por fin toma un rumbo, que comienza a tener todo sentido y no veo cómo va pasando sin más. Anduve perdida en una jungla mucho tiempo, encontré el camino de retorno a la civilización y me siento... bien, realmente bien.

domingo, 9 de octubre de 2011

Escuchando Riders on the Storm finaliza una noche que pasa sin pena ni gloria. Parece que los días se desmoronan, como castillos de arena arrasados por una ola, y mientras el mundo se derrumba, yo sigo contemplándolo desde una esquina, sangrándome la nariz y mirándome los pies, esperando algo, aunque todavía no sé el qué.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Animación sociocultural, preparada o no, ¡allá voy! ¡JA!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Tú, que estás tan presente en mi vida

Hace 40 años que Jim Morrison se fue para no volver. Que la luz de su mirada se disipó y su pelo revuelto dejó de bailar.
20 años después nací yo y 15 más le descubrí. Como si de un tesoro se tratase, comencé a escudriñar todo cuanto podía sobre él. Su vida, sus poemas, sus canciones, todo. Recuerdo, que cuando volvía a casa colocada después de una sesión de marihuana, lo primero que hacía era coger el mp3 y ponerme a escuchar The End tirada en la cama.

This is the end, my only friend, the end.

Y también recuerdo escuchar Riders on the Storm hasta que me dormía, es una canción que siempre me ha apaciguado.
O ponerme a bailar, cerrando los ojos e imaginándome verle mientras escuchaba Touch me.
Digamos que The Doors ha formado parte de la banda sonora de mi adolescencia y juventud.
No es cariño lo que siento por ellos, es algo tan grande que no podría definirlo con palabras. Sé que siempre iban a estar ahí, esperándome llegar.

Pero si algo me atrajo de Jim Morrison (salvando, evidentemente, su gran inteligencia, su facilidad de escritura y gran profundidad), fueron sus ojos. Desde siempre. Era algo realmente hipnótico. A veces he comentado la gran importancia que le doy a los ojos, la mirada, pues bien, los suyos serían un gran ejemplo para ilustrarme. Me causan tantísima curiosidad porque no sé qué quieren decirme. Fríos como glaciares, capaces de paralizarte si los encontrases por la calle. Tan magnéticos, atrayentes, incapaces de contarte qué es lo que realmente se ve con ellos.

Ese aire salvaje, arrollador... E imagino que perdido en su propia jungla.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Cómo termina la gente aquí

A veces me da por mirar las estadísticas del blog, y me asombro de las palabras de búsqueda que ponen para acabar llegando aquí, realmente curioso.

De mayor a menor:

- ba dum tss
- Bessie Nesmith
- Quimi Verdet (sí, el de Compañeros, xD)
- a nadie le gusta una patada en la boca
- final de Cosas de Casa (???)
- feliz cumpleaños hijo de puta
- hijo de la gran puta sólo la muerte te mereces (¿hola? xD)

Las demás han sido descartadas porque hacen una clara alusión a entradas mías, al igual que algunas de las aquí expuestas, pero estas son muy extrañas. Cómo mola la gente xD

jueves, 8 de septiembre de 2011

Ocho minutos y medio de invasión mental

Cuando escucho Explosions in the Sky, me veo a mí misma tirada en la cama, con la cabeza y los brazos fuera de ella, boca arriba, sostenida por el propio peso de mi cuerpo, mientras fumo y miro el techo. Escucho la música que hace vibrar mi corazón de emotividad.
Y mientras, sigo mirando el techo, viendo miles de formas en un espacio en blanco, como el pintor que observa su lienzo antes de comenzar a crear, pienso en imaginarme el vacío, la nada, o en el falso significado de la palabra silencio. Una palabra mentira. ¿Escuchas el silencio? ¿o no?
Ahora cierro los ojos e imagino cientos de cosas más, dibujos, fotografías que nunca he realizado, temas de los que nunca he debatido, canciones que nunca he bailado y que mataría por hacerlo contigo, impresiones que nunca he escrito y sentimientos que nunca he sentido, pero que ahí están, esperándome actuar. Sentir... que me acaricias la espalda con un solo dedo, y que la piel se pone en guardia y dejas tu rastro en mi piel, tu olor que no existe... Sentir la soledad en un pueblo de 30.000 habitantes, notando cómo las gotas resbalan por mi cara, contemplando cómo la gente huye despavorida de la lluvia. Estoy mojada, la ropa se pega en mi cuerpo y peso más, y corro, y siento el aire golpear mi cara y no veo nada porque líquidas agujas penetran en mis ojos.
Estoy ciega pero no quiero abrir los ojos. Todo, absolutamente todo adquiere su real color cuando la luz desaparece. La realidad está en la noche.

Abro los ojos y el cigarrillo se ha consumido entre mis dedos, pero no me quema porque no estoy. O no existo.

sábado, 3 de septiembre de 2011

El karma

No, no creo en el karma. Puede ser que a lo largo del tiempo haya podido hacer algún comentario refiriéndome a él, pero siempre en tono jocoso, nunca en serio. Pero, no sé por qué, a partir de ahora no me burlaré tanto de él y creeré algo después de lo que me ocurrió el otro día.

Salimos a dar un paseo dos amigos y yo por el típico mercado medieval que montan en mi pueblo en fiestas. Pasando por los tenderetes y chocándome con gente cada cual más obcecada por el gentío, la vi. Sí, a esa maldita zorra asquerosa. Cuando era pequeña, sufrí acoso escolar por varias personas, una de ellas, la que quiso amargarme la existencia sin conseguirlo se llamaba Sara, tres años mayor que yo, imagino que un ser lleno de inseguridades ansiosa por formar parte de un grupo, lo de siempre. Pues bien, la vi hecha un jodido tonel. Un maldito cerdo maquillado apoyado en la pared. En esos momentos deseé con todas mis fuerzas dos cosas:

1. Le petase una arteria mientras me miraba a los ojos.
2. Reconocerme.

Y vaya si lo hizo. Me miró y recordó quien era por su forma de observarme. Yo también la miré, de arriba abajo. Le sonreí burlonamente y desaparecí entre la gente.

Algo quiso que en un futuro pagase por todo lo que me hizo. Y vaya si lo pagó. Sobrepeso. Una "persona" como ella, preocupada por las apariencias, gorda.
Dicen que no hay que desearle el mal a nadie, pero eso no va conmigo. Me alegré de verla hecha como una maldita foca mórbida* y yo sin acné, delgada y más bonita. Podría haberme regocijado es su puta bovina cara, pero yo no soy como ellos.

Sí, siento rencor hacia ella, mucho.

*puede ser que exagere un poco, la rabia

viernes, 2 de septiembre de 2011

Una China sorda y psicópata

Seré de las pocas personas que se acuerdan de Liu Xiaobo. Cada poco tiempo, me viene su imagen a la cabeza. En octubre hará un año y medio de su encarcelamiento y ya no se escucha a nadie hablar de él tras el revuelo formado al darle el Premio Nobel de la Paz. ¿Qué ha pasado?
Le quedan nueve interminables años en alguna fría celda de la cárcel de Pekín, un pobre inocente que quiso pronunciarse, que tuvo agallas para alzar su voz entre el ruido de una China dictatorial, no satisfecho con manifestarse en el año 1989 en la plaza de Tian'anmen. Siento tantísima admiración por este hombre que no puedo dejar de escribir, mentar o buscar algo sobre él, alguna pizca de esperanza para mí, para este mundo loco.
Si alguna cosa queda clara de todo esto, es que la democratización de China es cada vez más y más lejana. Realmente, a "pocos" beneficia.

Aquí os pego un estracto de la Carta 08, un manifiesto por la reforma política de China firmada por nada más y nada menos que 8000 valientes intelectuales, activistas por los derechos humanos, artistas y personas totalmente anónimas que buscaban un mazazo al sistema represor y absolutista del país, con una innovación tecnológica asombrosa pero realmente atrasada socialmente.

Han pasado cien años desde la redacción de la primera constitución china. En 2008 se celebra igualmente el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 30º aniversario de la aparición del “Muro de la democracia” en Pekín y el 10º aniversario de la firma del Pacto Internacional de derechos cívicos y políticos [ de las Naciones Unidas] por parte de China.

Nos acercamos igualmente al 20º aniversario de la masacre de los estudiantes que se manifestaban a favor a la democracia en la plaza de Tiananmen.

El pueblo chino, que soporta una situación desastrosa en materia de Derechos Humanos y protagonizó innumerables luchas a lo largo de estos años, constata con claridad que la libertad, la igualdad, y los derechos del hombre, son valores universales de la humanidad, y que la democracia y un gobierno constitucional son un marco fundamental para preservar estos valores.

Alejándose de tales valores, el enfoque del gobierno chino en cuanto a la “modernización” resulta desastrosa, privando al pueblo de sus derechos, destruyendo su dignidad y corrompiendo el transcurso normal de las relaciones humanas.

En consecuencia, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿hacia donde va China en el siglo XXI?; ¿Continuará con su “modernización” autoritaria, o se adaptará a los valores universales, se vinculará al derrotero común de las naciones civilizadas y edificará un sistema democrático? Resulta imposible eludir estas cuestiones.

www.wikipedia.org

domingo, 28 de agosto de 2011

Aesedeefege

Calor. Gente. Alcohol. Música.

Ahí estoy, en medio de una aglomeración, cerrando los ojos, como de costumbre, agitando los brazos, moviendo las caderas, hablando, riendo, escuchando. Anhelo perder mi propia identidad para formar parte de un todo o un algo. Dejar la mente en blanco y no pensar, no saber, nada. La nada es parecido a eso. Imposible pensar e incluso sentir. Busco eso, acercarme a la vulgaridad del ser sin tocarla, sólo olerla, acercarme peligrosamente sin sentirla, visualizarla desde lejos, pero palpándola, creyéndome una parte de un sistema muy complejo a la par de sencillo.

Creo que estoy sorda pese a escuchar el tecleo de mi teclado.
Creo que estoy ciega, pese a ver esto.
Creo que estoy muda. Mejor, mi boca sería un torrente de incongruencias idiotizadas por el alcohol.
Mis manos, sabias, escriben lo que mi mente quiere expresar pero mi lengua no sabe, no puede pronunciar.

Escuché música, o ruido. ¿Esto qué es? realmente no es nada. ¿Música? ¿de verdad? llegó un momento en el cual mi oído no sabía diferenciar entre música y ruído, pero, ¿sabes? da igual, todo da igual, porque estoy ahí, escuchándoles u oyéndoles, no sé. Observando cómo tocan las guitarras o cómo se aferran a los micrófonos. Y no hay crisis, ni guerras, ni hambre en Somalia, ni dolor físico, ni mental, ni futuro, ni presente, menos aún el pasado. De lo único seguro es que estaba ahí, frente a ellos, observando cómo un grupo normalucho se creían dioses en el escenario y sabían que no lo eran, y sabían que el público, su público, andaba demasiado borracho, pero ellos tocaban sin tocar, pero lo hacían.
Zombies tambaleantes, afectados por algún encantamiento vudú, muertos en vida, bailaban como si el mañana no existiese, y frente a esa multitud de mentes desconectadas e inconexas estaba yo, feliz, porque no era yo. Triste, pero cierto. Un ente.

Creo que me voy a dormir. 5:15 de la mañana, borracha. Demasiado escrito para tener mis facultades realmente mermadas.

viernes, 26 de agosto de 2011

Ya no estoy, se acabó.

(edit)

miércoles, 24 de agosto de 2011

Pájaros de duraluminio

Hace alrededor de un año, fui por primera vez al aeropuerto de Manises. Para variar, estaba realmente emocionada porque nunca había estado en uno, y lo que es más importante: jamás había visto aterrizar y despegar un avión. Cuando llegamos allí estuvimos mirando las salas, pasillos y ventanillas, ya que días después viajaríamos a Londres. Una vez hecho el recorrido, subimos a la cafetería y nos sentamos en unas mesas pegadas a unos grandes ventanales, donde podríamos observar a los aviones sin ningún problema.
Recuerdo que me latía el corazón rápido, estaba realmente nerviosa, como un niño cuando espera llegar a un parque de atracciones. Al cabo de media hora escuché un gran estallido, ahora, sabría decir sin lugar a dudas, que era el estallido de las turbinas poniéndose en funcionamiento preparadas para el despegue, pero en ese momento me sobresalté y miré por todas partes hasta que identifiqué el abrupto ruido. Fijé la vista en un avión de Ryanair que comenzaba a coger velocidad en la pista. Maldita la emoción que sentí en ese momento, abrí los ojos como platos y mis labios dibujaron una O bieeeen grande. Me fijaba en todos los detalles, sobre todo en las alas y las ruedas y me preguntaba una y otra vez: ¿pero cómo? ¿cómo puede ser?
¿No es fantástica la ignorancia a veces? cuando ves cómo un gigante de cientos de toneladas está volando y dices: ¿en serio? ¿cómo es posible? y está pasando porque lo estás viendo, nadie te lo está contando, no lo estás leyendo. Tú y sólo tú lo estás observando con tus curiosos ojos.
Vi cómo se alejaba el titánico pájaro de duraluminio como diciendo: es posible, aunque en tu cabeza no lo sea, lo es, me estás viendo, soy real.

Creo que es el único momento en el cual me he sentido feliz de ser ignorante. Si supiese y comprendiese por qué vuelan los aviones, no habría sentido la gran sensación que tuve.
Cuando tenga el carnet de conducir, iré siempre al aeropuesto sólo para observar cómo despegan y aterrizan los aviones, escuchar las explosiones de las turbinas, el zumbido del ambiente, todo.


domingo, 21 de agosto de 2011

When you're a stranger

Me quedé pasmada, esperando que las puertas del autobús por fin se abriesen. Y sentía que me miraba tras sus gafas negras de pasta. Fue un minuto eterno. Aferrada a mi nuevo compañero, un libro sobre mitos y leyendas japonesas, me armé de valor. Nunca en la vida me habría planteado el hecho de hacerlo, y es que, sólo de pensarlo me temblaban las piernas y el corazón, siendo un maldito flan con el ceño fruncido. Y la miré. Dos, tres segundos. Se había dejado el pelo crecer, llevaba las mismas gafas de vista que otras veces, con el mismo rostro distraído y soñador de siempre y preciosa, más bonita si cabe. No dejé de mirarla y los dos, tres segundos se hicieron más eternos todavía. Quité la vista, las puertas se abrieron y salí corriendo de allí, abrazando el libro muy nerviosa.
Cuando salí al exterior comenzaron a caerme lágrimas de los ojos. Hacía meses que no la veía y quien sabe el tiempo que tendría que esperar para volver a saber de ella. No sé su nombre. Sólo sé que le gusta mirar por la ventana del autobús pensativa, vestir colores pastel y no llevar complementos como pendientes o colgantes.

Hace como dos años que la vi por primera vez, desde entonces no he podido quitármela de la cabeza y desear encontrármela por la calle. Para ella soy una simple extraña más, para mí, es esa chica que veo cada no sé cuántos meses y que me alegra el momento en el que me encuentro.

viernes, 19 de agosto de 2011

Sí, he vuelto a formspring. Tal vez es la curiosidad de saber los nuevos insultos que me dedicarán o la posibilidad de hablar con personas que sólo se atreven a hablar conmigo anónimamente. No sé.

Así que, si os aburrís, contestaré vuestras preguntas gustosamente =)

http://www.formspring.me/AyumuFosfitun

martes, 16 de agosto de 2011

Ay, tú

Releyendo mi blog privado, mi cubo para vomitar personal e intransferible, he leído un párrafo que realmente merece ser puesto aquí y que me ha vuelto a hacer reflexionar sobre lo efímeras que pueden ser las relaciones amistosas, románticas, loquesea.

Hoy añoro todo. Añoro a Y***, a A**** y a D****. Con el tiempo te das cuenta cómo sin darte cuenta las personas pueden influir en tu vida: me han enseñado a cuestionármelo todo, a vivir una vida sin limitaciones, a ser políticamente incorrecta en cualquier situación sin perder la elegancia.
Realmente creo que estamos hechos de trozos de otras personas, que por mínima que sea una relación y por rematadamente imbécil que sea la persona, siempre aprendemos algo sin darnos cuenta. Y cuando estas personas desaparecen de nuestras vida se produce un vacío que no puede cubrirse con cualquier cosa. Imagino que crecer implica desprenderse de la gente. Crecer da asco.


Como me ocurre cada X tiempo, termino acordándome de esa personita, algo recurrente y tortuoso pero que gracias a ello, supongo, me ha hecho valorar lo que tengo. Considero que debería darle las gracias o matarle de una paliza gitana, no sé.

domingo, 14 de agosto de 2011

Gracias

Hay días en los cuales me pregunto por qué sigo escribiendo en este blog. Comencé como una pequeña terapia para mí misma, escribir todo lo que pasaba por mi cabeza, transformar el turbio contenido en palabras. Pocas veces escribí algo para ser leído por más gente. Tener habilidad o no para la escritura era algo que no me importa en absoluto, más bien el hecho de poder llegar a alguien con mis entradas. No sé si habré cumplido este cometido, pero de algo estoy segura, y es mi gratitud hacia vosotros, o tú, no sé. Saber que lo que estoy escribiendo será leído por alguien más que por mí misma me hace feliz, muy feliz.
No sé el motivo por el cual me leéis (o lees). No sé si es por pasar el rato, simple curiosidad, para conocerme mejor, para luego saber despotricarme mejor... realmente me da igual, en serio, me da igual. Quiero daros (o darte) las gracias por leerme, no sabéis (o sabes) lo realmente importante a la par de gratificante que es que a alguien le interese lo que escriba, aunque sea basura, aunque aparentemente no diga nada. Gracias, gracias, gracias.

Puedo ser muchas cosas en la vida, tanto buenas como malas, pero puedo enorgullecerme de decir que sé agradecer las cosas cuando realmente valen la pena, y creedme, que esto lo vale.

viernes, 12 de agosto de 2011

Degradación del ser

Suele ocurrirme que, en reuniones sociales, me pongo a analizar los comportamientos de las personas cuando interactúan, haciendo comparativas cuando he tenido la oportunidad de hablar a solas con ellos.
¿Por qué esa imperante necesidad de sentirse aceptado en un grupo, tan abrupta como ridícula? Ese falso sentimiento de aceptación cuando haces lo que todos hacen, lo socialmente correcto.

Anoche me reuní con un grupo de gente. Alcohol y conversaciones insustanciales de datos irrelevantes de los cuales mi cerebro, con gran eficiencia, ha eliminado de mi cabeza.
Cuando ingieres alcohol, tu psicomotricidad comienza a fallar, pareciendo un zombie tambaleándose en busca de más bebida, produciendo así, la deshidratación de tu cerebro. Sería irónico si fuesen en busca de sesos, ¡ja!
Además, tu grado de estupidez es directamente proporcional a los centilitros que pueda contener tu cubata.
Si fusionas la falta de psicomotricidad, la deshidratación del cerebro y su consecuente estupidez, tenemos un ente con las funciones básica del ser humano sustituyéndolas por más alcohol.

Y toda esta parafernalia para formular la siguiente pregunta:

¿Por qué?

¿Realmente necesitamos perder una de las cosas más bonitas del ser humano (el habla, el don de la conversación) para sustituirla por degradación?

Desinhibición.

Y aceptación social.

"Yo bebo porque me gusta"

Mentira. El que bebe por placer nunca se emborracha.

Entonces, e insisto, ¿por qué?

Te mareas, sudas, te deshidratas, vomitas... Lo que fuiste una vez termina desapareciendo, dejando aquello más desagradable de ti mismo. Te introduces en una etapa degradante buscando única y exclusivamente aceptación.
Realmente, somos idiotas. Muy idiotas.


viernes, 29 de julio de 2011

Aún recuerdo el primer descubrimiento de mi vida. Era pequeña, iba a parvulario, por lo tanto no tendría más de seis o siete años. Estábamos haciendo una fila fuera del colegio para entrar a clase y me quedé absorta mirando el cielo. No sé si solía hacerlo normalmente o fue pura casualidad, el caso es que me quedé mirando las nubes un rato. De pronto vi cómo al menos una de ellas se movía, muy poco a poco, casi imperceptible pero sí, ¡se movía! quedé totalmente impresionada, maravillada, embriagada. Toda mi corta vida pensando que las nubes estaban congeladas en el cielo, que no eran capaces de moverse y resultó que sí, ¡que se mueven!
Recuerdo que corrí a contárselo a mi profesora de entonces, pero decidió que lo que una boquita pequeña y mellada decía, no era importante para prestar atención, así que me di la vuelta, volví con mis compañeros y me quedé con mi pequeño gran secreto guardado. Creo que desde ese instante en el que vi moverse una nube, fue el detonante de mi total observación por las cosas, guardándome, como cuando era una niña, los pequeños grandes descubrimientos para mí solita.

viernes, 15 de julio de 2011

Despertarse sola en la cama

Desde entonces, vivo tranquila. El corazón no se me encoge, ¿sabes? y ya no tengo miedo. Echaba de menos levantarme por las mañanas sola, desayunar sola, vestirme sola, y no tener que estar pendiente de nadie salvo de mí misma. Irme sin dar explicaciones, pasarme las tardes en casa mirando el techo o saliendo con quien quisiese.
Cuando comienzas una relación con una persona, no te importa sacrificar tu tiempo, realmente obtienes tanto que olvidas lo que pierdes. Una vez roto cualquier lazo amoroso, redescubres el sabor de la libertad, o bueno, al menos eso ocurrió en mi caso. No puedo vivir tan bien como ahora. Hacer lo-que-me-dé-la-gana se ha convertido en una necesidad vital en mi existencia.
Y no es que las relaciones no sean geniales, y no digo que el amor sea una basura (que lo es, a veces) pero se nos ha vendido una idea de amor romántico obsoleto. ¿Existió alguna vez, o sólo es una simple estrategia publicitaria para hacer el idiota el día de San Valentín? me cuestiono esos conceptos, desde mi liberamiento, replanteo seriamente mi opinión hasta entonces clara y decidida sobre el amor, tener una pareja o el sexo. Después de madurar estas ideas, mi forma de ver las relaciones sociales ha cambiado considerable y qué cojones, gratificantemente también.
Qué jodidamente feliz estoy, hostia.
Y no, esto no es el resultado de mi furor uterino, que también, más bien es la maldita felicidad que habla por mí.

miércoles, 22 de junio de 2011

Mis ojos ven avanzar el paisaje al ritmo de mi propia banda sonora. Inesperadamente, me asalta un pensamiento que pronto es sofocado al subir el volumen de la música. Mis oídos protestan e ignoro sus gritos. Ahogo fugaces momentos a golpe de guitarra, terminan diluyéndose, cayendo en el más absoluto olvido, un recoveco en mi cerebro, ínfimo, almacena hechos pasados que quiero olvidar y terminan siendo borrados al introducírseme nueva información, como un cristal empañado, en el que vas apreciando tu rostro con mayor nitidez a medida que el vaho desaparece, por sí solo. Cierro los ojos y veo cosas, los abro, desaparecen. Me escurro en el asiento, bajo la mirada, y aprendo.

sábado, 4 de junio de 2011

Hacía tiempo que no notaba la calidez de unos brazos rodeándome el cuerpo.
La soledad de mis hombros desnudos.

martes, 31 de mayo de 2011

TVE y las 5 de la mañana

El sábado de la semana pasada me acosté tarde, a las 5. Fui a fumarme mi último cigarrillo de la noche al balcón. Hacía una temperatura estupenda, un frío que no molesta y una tranquilidad reconfortante. Me gusta salir a pensar mientras observo cómo se consume mi palito de cáncer entre mis dedos, jugueteo con el humo y mis pies. Sin embargo, algo hizo romper ese silencio con algo mejor que el propio silencio: música clásica. Me levanté súbitamente y agudicé mis oídos. ¿Quién podría estar escuchando música a esa horas de la noche? ¿fue una lagrimilla lo que asomó por mi ojo izquierdo? ¿emoción? desde luego. Era una melodía deliciosa: violines, ¿hay algo mejor? Me sentí realmente especial en aquel momento, porque indirectamente, esa persona desconocida y yo estábamos compartiendo algo maravilloso. Cerré los ojos y dejé que la música penetrase en mis oídos, agitase mi mente y estimulase mis sentidos. Mientras, el humo escapaba entre mis dientes, danzarín, mezclándose con el frescor de la noche. Acabó la canción y comenzó otra y seguí absorta un buen rato. De pronto vino a mi cabeza un imponente piano y un hombre joven de manos bonitas acariciándolo, eran las tres de la mañana de un martes, en el que una amiga y yo fuimos al baño de un bar al encontrarnos en la acampada de Valencia. Mientras ella hacía uso de las instalaciones, quedé hipnotizada delante del gran televisor y me dije una y otra vez cómo tenían el valor los de TVE a poner esta clase de programas en horario nocturno.
Cai entonces que esa personita estaría viendo ese mismo programa, por lo que corrí a encender el televisor de mi salón, y en efecto, era la misma canción. Me senté en el suelo, muy cerca de la pantalla y observé y admiré una y otra vez la música, los instrumentos y las manos de los músicos.

Marché a dormir con una gran sonrisa en la cara. Gracias, personita desconocida.


lunes, 30 de mayo de 2011

Domingo de mordiscos y besos.

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Qué pasa cuándo el pueblo se cansa?

Esto:



Comenzad a temernos, porque el pueblo ha despertado y ya nada podrá reprimirnos.

Como todos los días hasta el 22 de mayo, se hará una Asamblea ciudadana en la Plaza del Ayuntamiento, Valencia, a las 20:00. Estáis todos invitados a participar. Ayer fuimos 300, ¿cuántos seremos hoy?

martes, 10 de mayo de 2011

Huele a locura

Una vez allí, nadie defendía una bandera ni lo que ella representaba, perdías el nombre, tu identidad, para ser simplemente un enemigo con un arma. Tocar tierra significó perder la cabeza. Mirar a tu presa a los ojos como quien mira un conejo en un bosque. Y hambre, y dolor, y sangre. Te mira y le miras pero no huye, ya ha muerto. Murió hace meses pero su cuerpo seguía en movimiento. Sabía que encontraría su asesino. Y te vio. Un pobre voluntario, de manos temerosas, defendiendo una patria que ya le había traicionado mucho antes de marchar hacia Vietnam. Acabas con su vida, una vida, un amarillo menos, ¿y luego, qué? Condecoraciones indecorosas que huelen a vergüenza, a napalm, a agente naranja y a generaciones fantasma. Entraron como vencedores y salieron, los que pudieron salir, como vencidos. Llegaron a Estados Unidos sin mirada, muertos en vida sin alma, sin bandera, sin brazos, sin piernas, sin cabeza.
Intereses y niños llorando, el fuego en sus ojos. God saves America.



Foto realizada en una exposición en Fnac, Valencia, fotografías de la película Apocalypse Now. En la foto sale también mi reflejo, mierda.

domingo, 8 de mayo de 2011

Cenas de clase y otros cuentos para no dormir

6 de la mañana. Frío. Abro los ojos. Me encuentro en el suelo de mi habitación con sólo la falda puesta del día anterior. Zapatos, medias, camiseta y sujetador desperdigados por el suelo. Dolor de cabeza palpitante. Me incorporo, o lo intento. Mis huesos protestan como nunca: dormir en el suelo no es precisamente el mejor lugar del mundo. Me siento en la cama e intento recordar la noche anterior: cena de clase, y cerveza, mucha cerveza. Cojo el móvil y comienzo a recordarlo todo.

Te arreglas, te pintas ligeramente y te miras en el espejo. ¿Estoy bien?
Quedas con tu amiga de toda la vida y vas hacia el punto de quedada. Comienza a surgir gente de entre las sombras, como zombies buscando cerebros. Lo típico: qué tal estás, estudias o trabajas, carnet de coche, novios, novias, rollos y gilipolleces insustanciales, preguntas estúpidas que realmente ni te importa la respuesta.
Después de las presentaciones te das cuentas de tres cosas:

1. Después de ser de las más altas de tu clase, te has quedado como un maldito gnomo de jardín.
2. Casi todos fuman.
3. Nadie está en la Universidad.

Entras en el típico bar donde te ponen las típicas tapas y bocadillos. Pero la ves y te quedas totalmente hechizada mirándola: Rubia, de curvas estilizadas, frágil y bien fresquita, una litrona sin empezar. Y es entonces cuando empiezas a beber, y a beber... Brindas por todos, por vuestros órganos genitales, porque seais algo en un futuro, porque os toque la lotería (aunque no juegues). De repente todo cambia y olvidas cómo hablar correctamente, ríes por todo, te besas con tu amiga de la infancia, simpatizas con tus compañeras como si fuéseis amigas... Y es ahí, ese punto en el que sabes que dejaste tu dignidad en la última copa de cerveza barata y decides, seducida por la embriagadez, a seguir en ese mundo de luces y risas.

Te acuerdas que andabas sola a las 3 de la mañana por la calle riéndote, enviando sms's a tus pobres amigas, que necesitaron Dios y ayuda para descifrarlos. Consigues con éxito subir las escaleras hasta tu casa y abrir la puerta. Te tiras al suelo, te desnudas poco a poco para no marearte y te duermes.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Japón, los tubos de neón y mi obsesión

Hay días en los que no paro de pensar en Japón. No sé realmente qué es lo que me atrae de ese país. ¿Su sociedad? tal vez en otra vida ¿su cultura? puede ¿su gastronomía? no lo descarto ¿todo junto? no me convence.

A veces retrocedo mentalmente y me convierto en una niña pequeña. Me encantan las luces de colores, los tubos de neón son mi pasión, los carteles luminosos viejos y rotos. Algo que me maravilla ver en las pelis es el vaho o a-saber-qué-carajo-es-ese-humo que sale de las alcantarillas. O perderme. Tengo una verdadera obsesión con esa palabra. Cuando quedo con alguien muchas veces se me escapa: ¡perdámonos! Me siento frustrada, pocas veces me he perdido en mi vida. La última fue en Valencia, creí coger un buen atajo y terminé no sabiendo donde estaba. Y jolín, me sentía realmente a gusto. Saber dónde no me encontraba no era una verdadera prioridad, más bien una necesidad. Hace tiempo que no tengo esa sensación, y aunque me gustaría compartirla con alguien, es algo difícil. Creo que realmente me pierdo cuando paseo sola. Los mejores momentos los pasamos a solas. Dudo que pudiese disfrutar tanto como lo hice cuando visité Montjuïc sola. Los colores son más nítidos, los sonidos más suaves, el aire mas fresco y mi cabeza más despejada. O cuando descubrí mi cuadro favorito, eso sí fue un maldito amor a primera vista.

Con todo esto quería decir (o más bien decirme) que creo que ya sé por qué me atrae Japón. ¡Por todo! a veces las mejores cosas se encuentran en las acciones más nimias del mundo mundial (algo que siempre he creído). Amo su suelo, sus semáforos, sus restaurantes de sushi con platos que pasan por una cinta delante tuya (aunque odie el sushi), sus niños pequeños con sus gorritos amarillos, su cielo sin estrellas, o su cielo con estrellas si estás en un pueblo, sus rascacielos, sus toriis, sus templos, su hierba fresca, sus cafeterías, sus paraguas transparentes , sus nunchakus (adoro, ADORO esa palabra. Nun-cha-ku. ¡Es perfecta! y ya sé, es de China, pero nunca encuentro el momento en el que decirlo/ponerlo), el vaho de las alcantarillas, las tiendas REPLETAS de cómics y mangas hasta decir basta, sus trenes y las fotos a gran velocidad.

Sé con certeza que el día que vaya a Japón, me perderé. Me perderé tantísimo que incluso llegue a encontrarme a mí misma.


Me encanta este vídeo. No puedo evitar emocionarme.

martes, 3 de mayo de 2011

Me gusta llevar gafas de sol, tengo la sensación de que soy invisible. Ando entre la gente, me miran, pero ellos ni reparan en mi mirada, directa a los ojos, como un rayo.
Y es que, me gusta mirar a los ojos a la gente desconocida. Por lo general, me encantan los ojos y sé que dicen mucho de nosotros mismos. Parece una chorrada, que podría serlo perfectamente, sin embargo, hay más personas que comparten mi opinión. Tuve una conversación con un buen amigo y coincidimos en lo mismo: nos atraen las personas de ojos distintos. Con distinto no me refiero a colores inusuales, sino a su brillantez, tamaño, expresión y armonía.
Me da rabia cuando se describen unos ojos como bonitos sólo por su color. He visto expresiones azuladas tan inertes e inexpresivas como una simple piedra. ¿Acaso eso es bonito?
Observo expresiones desconocidas realmente preciosas. Ojos negros tan brillantes como vivos, castaños tan claros que puedes reflejarte en ellos, miradas llenas de luminosidad, curiosidad, atracción.
Y es que hay miradas que dicen muchísimo, una comunicación visual entre dos personas tan secreta, personal e indescriptible. Hay palabras que escapan de algunas acciones.
No puedo evitarlo, me encanta cazar miradas.

martes, 26 de abril de 2011

Feliz cumpleaños.

lunes, 25 de abril de 2011

sábado, 23 de abril de 2011

Cosas del karma

Ya era hora de que me recompensase con algo bueno, joder. Después de tanto estudio y poca holgazanería, al fin tuve mi merecido, os cuento: anoche, fui a dejar a mi pequeña rata fea llamada Toby en casa, yo, que tengo una fobia estúpida a los ascensores, emprendí el camino al hogar subiendo cuatro interminables pisos y, justo en el primero, lo vi: una bolsa pequeñita con marihuana dentro. Se me iluminaron los ojos. Cogí la bolsa, la abrí, procedí a introducir la nariz para saber su olor y el segundo descubrimiento fue mejor que el primero: estaba en perfecto estado. Mis colegas y yo reimos como niños cuando les conté mi hallazgo. Luego me enteré de que la bolsa era de un vecino de 17 años que vive en mi mismo piso. Mejor, los niños no deberían tomar drojas, nos fumamos el contenido por su bien, realmente le hicimos un favor.
En el garaje de una finca nos metimos los tres, hacía frío, llovía como si se tratase del diluvio universal, y allí estábamos, riendo como bobos, diciendo tonterías aparentemente carentes de sentido, mareados.
Esa hierba estaba realmente buena, qué buen gusto tiene mi vecino, tendré que pedirle el número de teléfono del que le pasa.
Creo que seguiré siendo una buena chica, pese a que sea difícil serlo, quien sabe lo que puedo llegar a encontrarme otro día subiedo las escaleras.

lunes, 18 de abril de 2011

Hueles a limón

Sabes que siempre estoy con lo de que no sé qué estudiar, ni qué hacer con mi vida, etc. Me da rabia y hace que me sienta mal ver como otras personas parece que lo tengan tan claro... Pues te diré una cosa, la gente no tiene ni puta idea. Ni puta idea de nada. Me alegro de que hayas dejado el instituto. Te has ido, eso no es lo que tú quieres, ¡bien!. Ojalá me atreviera yo a hacer lo mismo. Son tontos Lau, son tontos. Tal vez ya vaya siendo hora de aprender a volar, y no de soñar con volar. Su problema es que siguen esquemas, pero me alegro tanto de que los hayas roto Laura. Ahora hazme un favor y hazte un favor. Piensa qué quieres si aún no lo sabes, y cuando te tire algo hazlo, hazlo y no escuches a nadie. Alomejor te equivocas, ¿vale?, pero da igual, todo da igual. Todos dan igual.

Me escribiste esto el 9/01/09 a las 16:28. En aquel entonces yo me había dejado bachillerato y andaba perdida, muy perdida. Más o menos como ahora pero con acné de por medio.
Creo que no valoré tus palabras como merecían, Marian, pero tengo que hacerte saber que ahora mismo son las que me impulsan a seguir adelante. Tal vez ni te acuerdes ya de aquello, pero quiero que sepas que me has ayudado muchísimo, indirectamente, pero lo has hecho. Ojalá no andes igual de perdida y hayas encontrado tu frase pasar seguir avanzando poco a poco.
¿Y sabes qué? que echo de menos que
dar y perdernos por un pueblo que ambas conocemos como la palma de nuestra mano, y ojalá me acompañes a coger renacuajos, aunque ya no hayan, para volver a disfrutar de tu presencia. Marian, Marian, Marian.

domingo, 17 de abril de 2011

Correr

Odio correr. Correr sin ser perseguido me parece una de las cosas más tontas del mundo, ergo, odio el footing.
Esta noche he corrido por placer. ¿No os ha pasado a veces que habéis tenido la imperiosa necesidad de hacer algo inusual?
Después de acompañar a casa a mi buena amiga Rocío, he emprendido mi camino de vuelta al hogar. Y así, casi espontáneamente, me he puesto a correr. Sentía cómo el frío golpeaba mi cara, cómo mi pelo se agitaba violentamente al compás de mis pasos y yo, fría por fuera, sentía fuego por dentro. Iba tan deprisa que no tenía pleno conocimiento de cómo y por qué movía las piernas. Pegaba saltos, agitaba los brazos e incluso cerraba los ojos. El corazón iba a cien por hora, galopaba en mi pecho tan frenéticamente que pensé que me saldría por la boca. Me sentía viva, imparable y arrolladora.

No sé si volveré a hacerlo algún día, espero que no, porque nunca sería igual de placentero como esta noche.

jueves, 14 de abril de 2011

Cosas del mentir

Mentir es un arte en el cual pocas personas pueden hacerlo sin ser pilladas. Por desgracia, son muchas las que lo hacen y creen que cuelan. Es entonces cuando me río en sus caras interiormente. Asientes, ríes para hacerles creer que te lo has tragado y esas personas, tan contentas, siguen con sus fantasmadas. Es curioso, porque en esa situación ambos saben que está mintiendo, él/ella cree que te lo has creído y tú, con cara de boba piensas en lo imbécil que es. En un momento de silencio te haces la siguiente nota mental: no volver a quedar con esa persona en la vida.

Recuerdo cuando quedé con un amigo que pretendía quedar bien delante mía (ya sabéis, esa estrategia que tienen algunos ¿algunos? tíos para ligar). Le pillé varias mentiras, hechos que anteriormente había retocado de una forma, y el siguiente día eran increiblemente más épicas que la otra vez. Asentí, sonreí educadamente y puse los ojos en blanco. Es de ser imbécil de remate. Tío, si mientes, al menos acuérdate de lo que dices joder, es patético pillarte mentiras así. Luego se creerá interesante.

Otro día contaré mi experiencia al pisar suelo nipón.


Por cierto, feliz 14 de abril a todos :)


¡Foto de la noche!

lunes, 11 de abril de 2011

Esto de pensar...

¿Por qué está socialmente bien visto que los niños vean escenas de violencia explícita pero no una de sexo?

domingo, 10 de abril de 2011

Lo que dice un beso

A veces creo que todavía tengo 15 años. Confiaba en tener amigos macho que no fueran los novios de mis amigas u homosexuales. Creo que anoche se esfumó totalmente esa idea.
Después de pasar una bonita noche bebiendo tercios y escuchando buena música, mi colega y yo dimos un paseo por un huerto dejado de la mano de Dios. Hablamos, debatimos, reímos... esas cosas que tiene la amistad. Siempre he sido algo torpe para darme cuenta de cuando atraigo a una persona. Mi sentido arácnido me había vuelto a fallar como de costumbre. Llegamos a mi calle, paró el coche y me pidió un beso. ¿Un beso? ¿Cómo un beso? ¿Qué pretendía dándole un beso? y le di un beso. Imagino que un beso tiene que significar algo cuando lo das, pero para mí significó el leve roce de dos labios. Le di las buenas noches y marché, directa como una flecha hacia mi casa. Comencé a dedicarme improperios. ¿Pero cómo le doy un beso aun sabiendo que para él sí puede significar algo? si es que soy idiota. Me pasé hasta las 5 de la mañana comiendo paquetitos de galletas y fumando en el balcón como una loca, aun habiéndome prometido descender el consumo de éstos. Creo que sigo teniendo 15 años. Creo que no he madurado lo suficiente con estos temas. Debería pegarme con un bate de béisbol hasta arreglarme. No tengo remedio, soy una cría.
Creo que me resignaré a seguir teniendo amigos solamente gays, que son geniales y podemos apostar quien se liga quien. Es divertido.

jueves, 7 de abril de 2011

Esto va de miedo

Desde aquel mega hostión epic en los toboganes del Gulliver:



que parece que no, pero caer rodando como un barril el día de la cerveza es malo para las rodillas, algo ha cambiado en mi cabecita. Y es que ya no tengo miedo \o/ tenía miedo al cambio. Vivir sabiendo cómo será el día siguiente terminó convirtiéndose en una rutina placentera. Nada esperaba y nada deseaba. Me limitaba a vivir cual oruga. Y no, se ha acabado. A corto plazo sólo puedo cambiar el color de mi pelo de forma radical o volver a mis andanzas adolescentes de ropa extravagante... A largo plazo tengo clara una cosa: Marcharme de aquí, vivir en Londres. Ha terminado el miedo a dejar a mi familia, a mis amigos, a mi pareja en España. Ahora que no estoy atada a nada quiero volar, bien alto. Estoy realmente ilusionada, creo que se ha convertido en mi gran meta y tengo que llevarla a cabo.

Y cambiando de tema, ayer me fui a patinar por la noche. Nunca pensé que sería tan jodidamente relajante patinar a las 23 de la noche. No había ni Cristo paseando a esas horas. Hacía fresco y tumbarse en el césped húmedo después fue una experiencia muy gratificante. Va siendo hora de disfrutar de esas pequeñas cosas que nos brinda el momento.
Hoy iré a patinar al río de Valencia, con la persona más guay del mundo: Dafne. La única entre los mortales que es capaz de soportarme, sabe cómo soy y aún así, me quiere.

miércoles, 6 de abril de 2011

Las cenas en el parque y el frío de las 22:30 de la noche

Me molan mis amigos. Tengo pocos, pero son lo más guay del mundo por delante de Paul Anka o la lasaña.
Siempre vamos al mismo banco, en el que, siendo más jóvenes, nos pelábamos las clases e íbamos allí a jugar a Magic o a hablar de la serie anime que veíamos.
Sólo tengo que sentar mi culo en un banco frío y pasar largas tardes hablando de trivialidades o sobre el futuro incierto que nos depara. Hablamos del país como si tuviésemos alguna idea de lo que decimos y debatimos sobre chorradas. Nos traemos la cena de casa fría, en tupperwares, y a pasar una grata cena con mosquitos, arañas y tabaco.
Es realmente gratificante quedar y ver cómo te saludan con una gran sonrisa. Creo que no hay nada en el mundo mejor que ellos.

martes, 5 de abril de 2011

Al final siempre vuelvo, como Cosas de Casa o El Príncipe de Bel Air

He vuelto. Ya sé que las hombreras siguen estando pasadas de moda (por suerte), pero al encontrar la solución a mi problema (crearme otro blog) me veo decidida a seguir en este. Soy una maldita pesada, lo sé, lo sé, pero a partir de ahora se acabó. Creo que el golpe que me di en la boca esta tarde tirándome por un tobogán me ha hecho reflexionar y darme cuenta de todo. Gracias, tobogángrandedelGulliver, por iluminarme, podrías no haberme pelado las rodillas y roto las medias, pero bueno, en realidad fue jodidamente divertido. En una fracción de segundo donde veía mis dientes esparcidos por el suelo, medité ciertas cosas, una de ellas, que no se puede desaparecer de la vida de nadie porque tú seas idiota y egoísta, eso se convierte en un gran error, otra de ellas es que no se puede ir de guay entrando a los garitos por ser mayor de edad (aunque lo cuestionen) y luego no saber asumir responsabilidades por ser una infantiloide, y la última de las importantes es: que tengas una autoestima baja y por ello tengas una visión distorsionada de la realidad no significa que tengas que creértelo.

Creo que sólo me queda pedir disculpas a una personita por ser la tía más mareada del mundo mundial. Espero que perdiendo mi dignidad poniéndome un gorro de enano sea más que suficiente. '-'

jueves, 24 de marzo de 2011

En un principio no había nada. Y esa nada no estaba ni vacía ni era indefinida: se bastaba a sí misma. Y Dios vio que aquello era bueno. Por nada del mundo se le habría ocurrido crear algo. La nada era más que suficiente: lo colmaba.
[...]
Dios era la satisfacción absoluta. Nada deseaba, nada esperaba, nada percibía, nada rechazaba y por nada se interesaba. La vida era plenitud hasta tal punto que ni siquiera era vida. Dios no vivía, existía.

Amélie Nothomb, Metafísica de los tubos


Son las dos de la mañana. No tengo sueño, me duele la cabeza y mientras voy escribiendo esto pienso al mismo tiempo cuanto tardaré en borrarlo. También pienso en el mejor amigo que he tenido nunca, en lo que pudo ser y nunca fue y el cual he despotricado tanto hasta quedarme sin adjetivos y en el que por dentro estaba deseando que volviese a aparecer.
No sé qué quiero.
Bueno, sí, le pese a quien le pese, quiero ser esa persona que te robe sonrisas y te coja la mano tímidamente mientras paseamos por esa gran urbe.

sábado, 19 de marzo de 2011

Amélie dijo adiós a su único y verdadero amor mientras subía al avión de vuelta a Bruselas, Rinri la observaba con pies anclados en suelo tokiota. Pese a la gran mentira dicha por Amélie, él sabía que nunca volvería. ¿Cómo enjaular a un pájaro si su piar se tornaría triste y desdichado?

miércoles, 16 de marzo de 2011

Hoy, dando un paseo por Valencia, pasando por la plaza de toros, estaban haciendo una corrida, y he sentido cómo me clavaban una banderilla en el corazón.

domingo, 13 de marzo de 2011

La gente da asco. Y a medida que pasa al tiempo, mi misantropía va acentuándose. Mis bases teóricas están empíricamente fundadas.
Pondría una lista con las cosas que odio de la gente en general y de mis compañeros de trabajo en particular, pero como sé que ando un poco influenciada por la mentruación, prefiero guardar mis frustraciones para otro día.

He perdido el aro del piercing.
Se me ha roto el único cigarrillo que tenía para salir de currar.
Me siguen oliendo las manos a hamburguesa de un euro.
Tengo la regla y hoy estaba especialmente jodida.
Étc.

Por suerte, esta noche me sumergiré en otra dimensión y pasarán todos mis males.
Sobreviviré.

jueves, 10 de marzo de 2011

Hoy estaba tan nerviosa y estresada que no he podido aguantar más y me he echado a reir como una jodida posesa.
Resulta que, con el aluvión de gentola viniendo a comer nuestras carnes de vaca mega congeladas y asquerosas, no dábamos abasto, se acababan los condimentos, éramos escasos de personal... y para colmo, mi encargada me echó la broncaza del siglo por ser bajita. Sí, es tan surrealista que parece sacado de alguna película de Los Hermanos Marx. Así que, me partí el culo en su cara, cuando realmente quería coger una Thompson M1 y acribillar a todo ser viviente.

Canción ñoña para desestresar. La típica que se pone en cualquier sala de espera. Elvis Costello, molas mil.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Creo que no soy española. He ido casi tres días a currar sin ser mi turno, así, de gratis.

Anoche me levanté sobresaltada al darme cuenta de que estaba hablando en sueños. Resultará que soy una auténtica parlanchina cuando cierro los ojos. Me pregunto si articularé alguna palabra mientras duermo, no me gustaría saber que mis padres se enteraran de que tengo sueños lésbicos con Mila Kunis o que fumo como si se acabase el mundo.

Ayer vi por quinta o sexta vez Ghost World. Saqué dos conclusiones (mentira, en realidad fueron tres):
1. Enid es lo más mareado del mundo mundial. Pero mola mil porque anda como un maldito pato.
2. Scarlett Johansson tiene un vozarrón de camionero de la M-30. No vuelvo a ver una película en v.o.s.e mientras salga ella.
3. (sí, ya sé que no es una conclusión) Esta noche toca ver Lost in Translation. Aunque Charlotte sea una aprendiz de filósofo de palo escuchando mierdas de autoayuda para fracasados. Realmente me siento identificada con esta película. Sólo que, en vez de encontrarme en la ciudad de luces de neón, me encuentro en un estercolero que huele a pólvora y a canis.

Por si todavía no he dado mucho por el culo: The Black Swan es un maldito peliculón.

Me encantaría ir a Foster's Hollywood para que cuando fuera a pedir mesa pusiese el nombre R-2 así, cuando dijeran: R-2 para dos, R-2 de dos, me muriese de una risa infinita.

Por último, subo una foto de mi nuevo amor, se llama Tomomi y es lo más adorable que me he encontrado buceando por Fnac:



Do the Evolution, una canción que me pone mega romántica:

martes, 8 de marzo de 2011





Eres una estrella de cine mudo, pero sin serlo. Pelo alborotado, mirada perdida, brazos cruzados, labios sugerentes. Y Robert Doisneau inmortalizándote. ¿Te habrías planteado en algún segundo en lo que duraba el click que, vivirías más tiempo que tu cuerpo?
Eres preciosa e infinita. Con tu collar de perlas, adornando tu bello cuello de cisne. Eres pálida, tienes clase, no estás delgada, ¿de qué casa señorial te escapaste, querida?
Sin embargo, tus ojos no miran a cámara, ¿acaso fue él quien te lo pidió? ¿eres tímida e insegura y por ello desviaste la mirada?
No eres una belleza convencional, y apuesto a que tus ojos son tan negros como tu vestido. Me pregunto qué albergan, son un verdadero enigma.
En otra vida, te habría invitado a una copa.
Desde que estoy en McDonald's he palpado tetas, conocido el curioso caso de la mujer con voz de hombre, a la típica gorda y su lucha por el dinero del paro, a Carol y su problema con los pantalones anchos, a David, una loca vestida de fallera, a José y su sonrisa de las 10:00 de la mañana, a Alejandro, el capitán angustias por excelencia y su forma revolucionaria de esterilizar tomates, Lupe y la gena de las ensaladas, noelia, el único ser viviente que trae manoletinas para andar por cocina, el chico misterioso que me saluda siempre que me ve aunque no sepa mi nombre, las mujeres resalás de la limpieza, Jorge y su obsesión por bailar igualitoigualito a Kylie Minogue.

Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto, salir de currar con una sonrisa en la cara, doble cuando recuerdo por qué he perdido el juego (¡JA!).


Vull saber-ho tot de tu :)

domingo, 6 de marzo de 2011

Hoy me he acordado de Liu Xiaobo. Ahora que ya no sale en las noticias ni en la prensa, me pregunto quien más se acordará de él.
Podrán encerrarte e intentar acallar tus palabras, pero el daño en su magnífico sistema dictatorial está hecho. Llegará el día en que no temerán la mano de su dueño, y morderán, con rabia y osadia hasta hacer sangrar. Brotarán ríos de odio, revolución y conquista. Es entonces cuando el tigre dormido, el que todos intentaron domar, termine despertando, furioso.

Te admiro, Liu, eres de esas personas que hacen que mantenga una pequeña llama de esperanza en la humanidad.
No estás solo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Te mereces otra entrada.

-Porque eres el cuadro de mi vida.
-Porque lo compartí con una de las poquísimas personas que han influido radicalmente en mi vida (para bien).
-Porque nunca antes un cuadro ha podido transmitirme tanto o impresionarme como tú.
-Porque me enlaza directamente con Madrid.
-Porque volveré a verte, algún día.
-Porque la foto la hizo un buen amigo que se acordó de mí.
-Porque me hiciste entender muchas cosas que antes no habría ni reparado a pensar.
-Porque El Gernika no te hace sombra aunque sea infinitamente más famoso que tú.
-Porque lloré de inmensa felicidad al encontrarte.
-Porque te amo. Amo tu trazo, tu rapidez, tu intensidad, tu contraste, tu fuerza y tu rabia, las manos de Antonio Saura. Tu todo.






¿Sabes lo que es sonreir como una idiota más de un minuto entero?
Pues eso, que soy idiota.

Hoy, ha sido de esos días en los que deseas que todos fuesen así. Comer con una muy buena amiga en un restaurante vegetariano, comprar unas botas militares, un liguero de Hello Kitty y una camiseta de Alice in Wonderland, acoplarse a una manifestación en contra de la mierda del transporte público en Valencia, mojarse mientras llovía, hacer vídeos chorras e insultar a todo aquello que pasase por nuestras narices. Olvido todo, absolutamente todo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Amo secretamente a Amélie Nothomb
Adoro bailar mientras cierro los ojos.
Me encanta alcoholizarme y debatir hasta trabárseme la lengua
Mataría por ir a Japón
Me tiraría horas seguidas jugando a videojuegos
Miraría horas y horas mi cuadro favorito, Grito nº 7
Haría miles de fotografías a los gatos de mi calle, Jueves, Lola y Jim
Me gustas
Me mola patinar por las mañanas mientras escucho Pendulum
Hago punto de cruz y punto a secas secretamente
Cantar bajo la lluvia por la noche en compañía de mi perro
Soñar justo antes de dormirme
Perderme en Wikipedia
Fumar un cigarrillo en el balcón mientras todos duermen
Hablar de todo y de nada
Hacer el imbécil
Redescubrir nuevos grupos de música ya fallecidos
Leer a Asimov, Huxley, Orwell, Nietzsche o Arendt
Mitología(s)
Arte
Perderme en Madrid
Conocer personas entrañables
Bucear en la bañera...
... y perderme en un mar de espuma
Contarme los lunares
Escuchar a Ravel, Brahms, Tchaikovsky, Mozart, Beethoven o Verdi
Ver cómo tocan un koto o un shamisen
Comprarme un kimono
Devorar libros




martes, 1 de marzo de 2011

Qué asco me doy. Este blog se ha convertido en un contenedor en el que vertir el vómito de mi cerebro.

Ojalá pudiese salir de Valencia. Odio (qué palabra más fea), odio, las Fallas. Una tradición totalmente irracional, como las muchas que constituyen nuestra cultura. Salir de aquí se ha convertido en una necesidad.
Hoy, que ya es 1 de marzo, comienza una vorágine de imbéciles explotando dinero, estropeando sus oídos y jodiendo al medio ambiente.
Calles cortadas, ruido, gentío, olor aceitoso y pegajoso de churros y buñuelos, falleros reivindicando su derecho a hacer el gilipollas, borrachos, despertàs*... Y mi perro aterrorizado bajo mi cama.
Casales falleros gastándose un pastón en realizar verdaderas obras de arte con el mero interés de ganar más parné para quemar un año de trabajo generando una estructura de humo negro y ardiente sobre el ambiente. Bien, viva. Genial. Fantástico.
El próximo año que quemen sus putas casa.

*Borrachos falleros tirando petardos muy sonoros a las 8 de la mañana. Sí, de trogloditas.

domingo, 27 de febrero de 2011

Velvet Underground se ha convertido en mi compañero de noches en vela y testigo de mis dolores de corazón.



Para preguntas e insultos varios (siempre son bien recibidos):
http://www.formspring.me/ayumufosfitun

El Hilo Rojo del Destino

En la cultura japonesa o china, es muy famoso El Hilo Rojo del Destino. Películas, mangas, animes, doramas... no es difícil oir mentar sobre esta leyenda.
La leyenda dice que dos personas que están destinadas a tener un lazo afectivo, llevan un hilo rojo invisible anudado en el dedo desde sus nacimientos, uniéndolos. Puede tensarse y destensarse pero nunca romperse.

Así que, si veis animes ñoños, es probable que escuchéis algo de ese peculiar hilo rojo que todos tenemos y que no sabemos quien es la persona que se encuentra en el otro extremo.

Chorradas japonesas Vol. 1

lunes, 21 de febrero de 2011

Y cuando abrí los ojos me vi sumida en una habitación de luces y sombras, música perjudicialmente alta, monstruos sin alma bailando cual muñecos agitados en un día de viento. Vi leones ridículamente vestidos con ropas ridículamente monótonas, intentando, con sus torpes pasos de baile, seducir a una indefensa gacela.
Cerré los ojos y los abrí en el baño mirándome al espejo, viendo una gacela al lado de otra, remarcando sus atributos sexuales. Una fiesta de alcohol y feromonas. Una tienda de compra y venta de carne de bajo coste.

Esto no es para mí
.

No recordaba mi nombre, como quise el día anterior. No sé quien era ni a dónde iba. Sólo bailaba, mareada por el alcohol. Es entonces cuando me acechó un león, el cual espanté con mi claro dominio del lenguaje, virtud poco extendida por ese tipo de especie.

Huir.

Salí fuera, junto a tres gacelas más, sentándonos. Fumamos. Se acercó, pretendiendo conquistar el mundo, una manada de leones sedientos. Una escena patética.

-Tienes ojos de bruja, ¿cuál es tu horóscopo?

Basta, por favor.

- Si pretendes ligar conmigo, pierdes el tiempo.

Y marcharon con el rabo entre las piernas, viendo la situación de tres gacelas cansadas y una más alcoholizada y vomitando. Triste.

Lo demás es totalmente irrelevante, más leones, más carne barata y bilis.


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

domingo, 20 de febrero de 2011

Magnífica canción de The Doors.

sábado, 19 de febrero de 2011

No me gusta beber, pero hoy quiero olvidarme de mi nombre.
Después de irte, he sentido un agujero negro en el estómago. Después de comer, se ha mantenido intacto, ¿por qué?

viernes, 18 de febrero de 2011

Verte acariciar las teclas del piano me tranquiliza y agrada. Con mimo y respeto, seguridad. Cerrar los ojos y dejar tu oído libre, contagiarte de la melodía que penetra por cada poro de tu piel y florece en todo tu cuerpo. Fluye por tus venas, viaja hasta el centro del hipotálamo, dibujas una sonrisa permaneciendo concentrado. Fascinante. Enigmático.
La melodía huele a amor y a desamor, un quiero y no puedo de un hombre parcialmente sordo y una joven damita. Una partitura triste y sincera. La carta de amor más discreta y emotiva que pocos grandes músicos han podido retratar.

lunes, 14 de febrero de 2011

Me gusta salir al balcón por las noches. La gente duerme mientras me hago preguntas existencialmente típicas del ser humano. Fumo, miro el cigarrillo con odio y me digo:
-¡Deja de fumar, estúpida!
Me miro las uñas y me obligo a quitarme el esmalte sobrante. Observo las estrellas y vuelvo a formularme preguntas sobre el espacio o cuestiones estúpidas en general:
-¿En qué pensará Stephen Hawkins?
-¿Por qué no cogí más ChupaChups de aquel restaurante italiano?
-¿Por qué Salvador Dalí diseñó el envoltorio de los ChupaChups?
-¿Cuánto dinero recibió?¿Acaso no estaría loco realmente?
-¿Qué marca de tintes de pelo utilizará Zapatero?
-¿Por qué no se lo sigue tintando? ¿No tendrá dinero? ¿Estará ahorrando para salir del país y cambiarse de sexo?

Me aburro, no hay nadie en Skype salvo el bot que hace pruebas de sonido. Bienaventurados sean los pavos.


Yo, con pose heroica en el New Yorker choni.

jueves, 10 de febrero de 2011

Vagar por una calle transitada, con cientos de caras desconocidas y ver tu rostro. Y sonreir.



Mis lunares. Cuando me aburro me los cuento y siempre descubro uno nuevo. Las pecas no las cuento, son tan geniales que juegan en otra división.

lunes, 7 de febrero de 2011

Odio que mi familia o mis amigos me regalen libros, ponen en total evidencia lo poco que me conocen. Un buen ejemplo ha sido el regalo que recibí por parte de mi hermano el día de mi cumpleaños:


¿Pero qué imagen tiene mi familia sobre mí? miedo me da cumplir 21 el año que viene. A saber qué me regalarán.

sábado, 5 de febrero de 2011

Hoy es mi cumpleaños y ayer me despidieron.... ¡esto no puede ir mejor!

lunes, 31 de enero de 2011

estoy desordenada.
soy una pieza azul cielo de algún puzzle polvoriento. escucho sunday morning de velvet underground mientras miro lo que queda del esmalte rojo que cubría mis uñas. soy una habitación de niños. miro la pantalla esperando ver la respuesta a mis preguntas. tengo miedo del futuro. el amoniaco del tinte ha desestabilizado mi mente, descontrolado mis ojos, que llueven con ganas. no lo sé, dice lou reed. yo tamboco lo sé.
sé que llevo una bata de arcoiris, no por ello necesito respuestas tontas e insustanciales. tómame en serio.
no sé qué cenaré. es una postura temeraria.
quiero un cigarrillo, acallar mi mono latente producido por mi adicción a la nicotina. soy una drogadicta. políticamente (in)correcta
he comido palomitas y mi estómago sigue tan vacío como siempre.

viernes, 28 de enero de 2011

Sumergir mi cabeza en el agua y sentir las ondas del líquido elemento en mis oídos. Abrir la boca, hablar y decir burbujas. Pensar. No pensar. Mirar la nada, ojos inertes.

jueves, 27 de enero de 2011

Cuando frecuento las calles de Valencia, en las cuales suele haber pequeñas aglomeraciones, me imagino que todos son zombies. Es divertido.

martes, 18 de enero de 2011

Te leo hace dos años, y me tiembla el corazón.
Primero se me enrojece la cara, soy un tomate mirándome en el espejo. Pronto aparecen lágrimas, dispuestas a mojar mis mejillas, cogen carrerilla y hacen una caida libre desde mi barbilla hasta mi cuello.Después, la boca comienza a temblarme, como un niño cuando coge un berrinche. Finalmente, rompo en un llanto, silencioso, ahogado, húmedo e intenso.

Ceso de llorar, vuelvo a mirarme, sonrío al pensar lo boba que soy. Me seco las lágrimas, me lavo la cara, respiro hondo, me pongo la máscara.

domingo, 9 de enero de 2011

El amor y la religión es de las peores pandemias que ha podido sufrir el ser humano.

viernes, 7 de enero de 2011

Anduvo con su paragüas transparente por las frías calles de Shibuya, mirándose en el espejo la cara, tornándose de colores al pasar frente un escaparate con luces de neón. Rojo, azul, verde. Esperó en aquella esquina acordada. Pasaban cinco minutos de las 18, y no aparecía. Cayeron gotas, miles de gotas, así, de repente. Menuda estampa, típica de una película de amor azucarada. Las 19, las 20... y nada. Dio media vuelta, miró por última vez a su alrededor y emprendió el paso hacia un lugar incierto. No se supo nunca nada más, ni del uno ni del otro.
Marguerite Yourcenar y Amélie Nothomb. Qué simbiosis tan magnífica.