lunes, 12 de noviembre de 2012

Hola, soy tu solidez, soy tu muro de mentira y vergüenza, soy tus complejos, tus miedos y frustraciones, y he venido a decirte que me he derrumbado por mi propio peso. ¿Ahora qué piensas hacer?

jueves, 6 de septiembre de 2012

"No me llores, por favor, que no me he traido pañuelos."

El amor y sus trabas.
El amor es sinónimo de lágrimas.
El amor te hace fuerte débil.
El amor es un invento para vender discos, películas, libros.
El amor enferma.
El amor refrena.
El amor te hace decir y hacer estupideces.
El amor es una basura.

domingo, 22 de julio de 2012



"Es curioso besar a alguien con un piercing en el labio"

martes, 17 de julio de 2012

Abrir los ojos, escuchar tu respiración constante, notarte lejos y apoyar mi cabeza en tu clavícula, cerrar los ojos y dormir.

lunes, 7 de mayo de 2012

Eran las seis de la mañana y estábamos sentados en un banco totalmente solos, cerca del Palau de la Música. Con la cabeza apoyada en su hombro y mirando el suelo, sin pensar en nada, me susurró:

- ¿Te has fijado? Un pájaro se ha caído del árbol y está en el suelo.

Me levanté y comencé a acercarme. Era una paloma bastante grande y no se movía. Me situé delante de ella y me agaché a observarla. Tenía un color pardusco y su cuerpo se movía muy poco, respiraba cuanto apenas. Pasé mi dedo índice por su cabecita, acariciando su cuerpo, su cola. Se estremeció levemente y abrió el pico, pero no hizo nada más. No sé cuánto tiempo estuve acariciándola, pero cuando me di cuenta, su cuerpecito no se movía, no respiraba. Había muerto. Miré a Borja horrorizada, el cual me observaba impasible en el banco. Me levanté de allí, comencé a andar hacia él y me senté en sus rodillas. Me puse a llorar.

-¿Estás llorando?
-No, yo nunca lloro.
-¿Entonces?
-No es nada.

Nos levantamos y andamos hacia ninguna parte.

-¿Sabes qué es lo bueno de presenciar la muerte?
-¿Qué?
-Que te hace sentir realmente vivo.

Nunca en mi vida había visto morir a nadie y sin quererlo, como una simple espectadora, vi cómo una paloma moría sin poder hacer nada por ella.

domingo, 22 de abril de 2012

El día que subí en un ascensor

Me dan miedo los ascensores. Soy ese tipo de gente que es capaz de subir 20 pisos con tal de no entrar en ese cuadrado del mal. El origen de mi trauma fue que, siendo niña (con seis ó siete años), me quedé encerrada en uno junto a mis padres y mi entonces cachorro Toby. Pasé tan mal trago que me juré una y otra vez abrazada a mi perro que nunca más subiría en uno. Evidentemente, y por causas mayores, tuve que subir alguna vez obligadamente (cuando me hice un esguince de tobillo o cuando me operaron de apendicitis) pero nunca se me había pasado por la cabeza intentar vencer ese miedo. Todo cambió el miércoles pasado.

Acompañé a un compañero de clase a su casa junto a su madre, tuvimos que llevar la compra del día y me ofrecí a echarles una mano. Con un pack de bricks de leche sin lactosa entre las manos, les acompañé hasta el ascensor y decidí muy fugazmente a entrar en ese cubículo de la agonía. Se cerraron las puertas y yo me aferré al pack de leche sin lactosa como si estuviese abrazando a mi perro aquel fatídico día. Comenzaron a hablar entre ellos mientras yo tenía la cabeza agachada contando los círculos que habían en el suelo, soportando el peor de los agobios y un extremo calor en mi cuerpo. Cuando se abrieron las puertas, salí escopetada de allí apretando fuertemente el pack de leche sin lactosa, detuviéndome en la puerta de su casa. Me sentía mareada a la par de eufórica. Una vez en el patio, miré a mi compañero, le abracé y grité: ¡He subido en ascensor voluntariamente! Éste, sorprendido, me puso su mano en mi espalda y con un suave golpecito me dijo: Muy bien, Laurita, lo has conseguido. ¿Volverás a subir en uno? Yo, con una gran sonrisa le contesté: No, nunca, pero al menos le he plantado cara por una vez en la vida, ¡JA!

viernes, 20 de abril de 2012

Ves la luz de los faros reflejarse en la pared. Te alejas del andén unos pasos hasta sentir un pilar en la espalda, como prevención a que algún loco le dé por lanzarte a las vías. Esperas a que la gente salga del tren y entras. Te sientas, te miras en el cristal de enfrente. Quedan siete minutos para volver a ver la luz del día. Y piensas, mordiéndote la yema del dedo índice de tu mano izquierda. El tren del metro comienza a iniciar su recorrido. A mitad de camino se escucha un estruendoso ruido y el tren frena en seco. Dos segundos, dos malditos segundos para recolocar los pensamientos de tu mente. Los pasajeros comienzan a mirarse unos a otros, buscando en los rostros de la gente sus propios gestos de preocupación. Te has hecho sangre. Esta comienza a brotar de la misma forma que el pensamiento de que sigues tan sola como siempre.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Adiós, adiós

Con la lluvia del martes 20 y asomada a la ventana, dije adiós al invierno que nunca fue invierno y a las temidas fallas, las cuales sólo podría definirlas por el olor a buñuelos, el destrozo de tímpanos y por qué no, un arte que termina siendo reducido en cenizas.

Después de 21 años, fui a mi primera mascletà libre y voluntariamente. Estuve los cinco minutos que duró mirando el suelo totalmente aburrida. Y después de asistir, sigo sin entender por qué gusta tanto a la gente y, sobre todo, por qué aplauden y vitorean con entusiasmo. Siempre he dicho que para poder juzgar algo primero hay que probarlo, ahora puedo criticar las mascletàs con pleno juicio.
Visité dos de las fallas más importantes de Valencia: Convento Jerusalén y Nou Campanar. Debo decir que me quedé asombrada de tanta belleza, lástima que siempre se banalicen esas fallas al darle mayor importancia al diner,o, espectáculo y rentabilidad que a la propia falla en sí.
La Nit del Foc es la noche que más me gusta de estas fiestas. Veinte minutos de fuegos artificiales iluminando el cielo con colores y formas que terminan abrumando a la vista. Este año pude observarla desde la azotea de mi finca con mis dos mejores amigos, sin ruido, gente ebria o carretillas, compartiendo esos momentos con las dos personas más geniales del mundo. Tal vez, sin ellos, esos momentos no serían tan perfectos.
La cremà fue un gran espectáculo de petardos por todas partes y columnas de humo contaminante por toda Valencia y alrededores. El humo, junto con las cenizas ardiendo, formaban una espiral de luces que flotaban por el ambiente, poca gente depararía entonces de lo tóxico y contaminante que resulta quemar kilos y kilos de madera, corcho, pintura y plásticos.

Y con la destrucción de bellas y no tan bellas fallas, de quemar el trabajo de un año entero, decimos adiós a un invierno que no ha cumplido sus expectativas dando la bienvenida a una primavera que no sabe si será o no será tal cosa.








viernes, 16 de marzo de 2012

Con los oídos entaponados y la nariz sangrando, llegué a Valencia a las 12:20 después de una hora y cuarenta minutos en el Ave. Pasé ese tiempo escuchando canciones de Oasis y Bob Dylan mientras el paisaje avanzaba a 300 km por hora. Me llevo de recuerdo muchas fotos, el "hasta luego" de una chica de ojos azules no tan impresionantes como su personalidad, el mirador de Vallecas a las 19:30, un agradable dolor de pies, un bonito arañazo de Panzer, el color de las flores de los cerezos y el olor de El Retiro.

Por fin pude volver a ver el amor de mi vida, mi Grito Nº7, después de pasar por multitud de salas buscándolo desesperadamente y cuando lo vi, no pude hacer más que echarme a llorar de alegría y emoción. Alba me miraba muy silenciosa y respetuosa, otra persona se habría reído de mí, sin embargo, ella, se quedó callada, observando la situación.

Sólo sé que volveré a ir y prometo que no pasarán otros cuatro años.





domingo, 11 de marzo de 2012

Madrid

Me voy a hacer miles de fotos, a entrar en mis museos favoritos, a llorar de alegría al ver el cuadro de mi vida, a conocer a una chica maravillosa de ojos azules, a perderme en esa inmensidad, a visitar parques maravillosos, a respirar un aire viciado, a perder de vista Valencia durante cuatro días, a sentirme muy, muy pequeña.

:)!

sábado, 3 de marzo de 2012

Laura, eres tonta, tonta, tonta

Eso fue lo primero que me dediqué mientras me colocaba los auriculares y dejaba atrás a un grupo de personas.

Me gustaba (y sí, hablo en pasado) un chico de mi instituto desde el comienzo de las clases. Solitario, serio y de mirada nada envidiable a la de Medusa. Coincidía con él en el autobús y entre nosotros no hubo más que intercambios de miradas. A medida que transcurría el tiempo mi interés hacia él aumentaba, de la misma forma que lo hacía mi incertidumbre. No sabía si acercarme o cómo hacerlo, mi inseguridad me atenazaba, a veces siquiera me dejaba respirar. Así que dejé que pasasen los meses esperando que diese él el primer paso (no por puro convencionalismo, de verdad) y un día, de improviso, una amiga me susurraba al oído: Quiero tirarme a X. Fingí alegría y la animé a que lo hiciera, entre risas, creyendo que no lograría nada.
Hoy me he quedado boquiabierta al observar el despliegue de "armas de seducción" del que disponía y del desparpajo innato que tiene para esas situaciones. Después de gritar alguna tontería, vanagloriarse sobre el speed que guarda en su casa y enorgullecerse de suspender exámenes, captó la total atención del chico y... Me levanté, fingí un fortísimo dolor de cabeza y me marché de allí.

Soy tonta. La próxima vez intentaré prendarme de una persona menos simplona.


Y ahora, me pondré a bailar con mi amigo el cocainómano Frank Sinatra.

¡Tumlr! :D www.carlthevelociraptor.tumblr.com/

lunes, 27 de febrero de 2012

Esto va de fechas.

El día 29 de febrero diré adiós mentalmente al silencio, a andar tranquilamente por la calle, a los paseos serenos con mi perro, a circular en coche sin obstáculos, a dormir a causa de las malditas, horrorosas, crueles y despiadadas "despertàs".

El día 1 de marzo comienzan las Fallas en Valencia. Cualquiera que me conozca un poco sabrá mi animadversión hacia esa fiesta.

El día 12 de marzo marcho a Madrid con mi hermano, su pareja y mil cajas con los típicos nombres escritos a rotulador cuando realizas una mudanza.

El día 15 de marzo bajo a mi odiosa Valencia en el Ave. 1 hora 38 minutos de trayecto pegada al cristal viendo pasar a toda velocidad campos y carreteras.

El día 17 de marzo, mis padres suben a Madrid, lo que significa que me recluiré en casa alejada de cualquier ruido provocado por esa maldita fiesta, acompañada por dos amigos y sus respectivos ordenadores. Serán cinco días de placentera lan.

El día 19 de marzo, saldremos a la calle para ver quemar alguna falla. Los mejores momentos que pueden brindarme las Fallas. Fin del caos, del odio y del asco. Hasta el maldito año que viene.

Y en estos momentos, digo adiós agitando la mano y con lágrimas en los ojos, a mis 8 horas de sueño. Empieza la semana infernal de exámenes, de ver histéricos y caras largas.

martes, 21 de febrero de 2012

Perder la fe y la razón

Como cada día, emprendí mi camino hacia el instituto, escuchando música relajadamente, sin embargo, algo captó mi atención: Tres furgones de policía, más de diez antidisturbios poniéndose su indumentaria de cohartar libertades y a lo lejos, una masa de personas (perfectamente 1000) armadas con sus mochilas del instituto. Me acerqué y comencé a grabar todo cuanto ocurría, sin quererlo, estaba rodeada de más de diez furgones de policía y gritos desesperados. Nunca en la vida había visto algo igual, un caos permanente y cientos de rostros enfurecidos, miedosos y confusos. Pese a no compartir la iniciativa original del instituto Lluís Vives (cortar la avenida principal de la ciudad) no he podido más que integrarme en esa masa enfurecida luchando contra una treintena de policías armados con porras y rifles de pelotas de goma. Nos han tratado como a terroristas, como meros perturbadores, como a basura. He sido testigo de las mofas de aquellos funcionarios y de la violencia gratuita que nos han brindado y he de decir, que he perdido totalmente la fe y la razón.

Mañana a las 15 de la tarde, va a volver la gente a ese instituto, van a volver a cortar las calles y a luchar contra esa represión policial, por una educación digna, por una dignidad perdida, y yo volveré, sin miedo.




Principio de la movilización, aún faltan como veinte furgones y como 50 antidisturbios más.

lunes, 20 de febrero de 2012

Hostiaputaya

Estoy feliz, muy feliz. Hoy me ha dado por hacerme la juanker pese a tener mil trabajos que terminar y tochos que estudiar. Después de coger un disco duro del cual pensé que nunca recuperaría sus datos y meterlo al pc que utilizo normalmente, tocando cables, actuando con la lógica de una persona que sabe lo mínimo de hardware y temiendo joderlo por mi ignorancia más que peligrosa, llamadlo suerte/chorra/potra/Homer Simpson, pero el caso es, que mi pc lo reconoció y pude recuperar TODO. Y es por eso, que estoy feliz. Hacía un año y medio que no podía ver las fotos o escuchar la música que había ahí dentro, ahora que lo he recuperado, no puedo hacer más que brincar de la alegría.

Y así, me senté encima de dos cajas, puse D'yer Mak'er de Led Zeppelin, me lié un cigarrillo y fumé en la ventana con los cascos puestos mientras me movía al compás de la canción.

viernes, 10 de febrero de 2012

Y esta es mi forma de darte las gracias

Es curioso. Cuando comencé a escribir, nunca pensé que fuese recopilado en un libro, al fin y al cabo, sólo eran pensamientos de una cría de 17 años con mucha imaginación y ligereza a la hora de redactar.

Hoy he recibido un regalo, pero no uno cualquiera. Después de media hora rompiendo papel y embalaje, vi un libro bastante grueso en el que se ha recopilado todo lo que escribí desde 2008 hasta 2010 en mi ya olvidado Fotolog. Y debo decir, que es el mejor regalo que me han hecho en la vida. Que una simple escritorzuela del tres al cuarto vea un libro con todo su mundo ahí dentro es maravilloso.

Y esta es mi forma de darte las gracias, Álex. Te agradezco enormemente el tiempo, trabajo y sobre todo, diner,o que has gastado en mí.

Nunca pensé que fuera escribirte una entrada, pero realmente, lo mereces. Gracias, gracias, gracias. Espero, de todo corazón, que seas feliz y encuentres a tu pieza de puzzle perdida. Nosotros no estábamos destinados a formarlo. Somos como dos piezas azul cielo: Crees que encajan a la perfección y, sin embargo, después de mucho forzarlas para que coincidan, terminas dándote cuenta que no es así. La encontrarás, créeme que lo harás, y cuando pienses en mí sólo quedará el cariño que hubo una vez.
Terminamos mal y te guardé rencor, mucho, pero olvidaré todo aquello, lo prometo.


Vive, Álex, y no te pierdas personas maravillosas.

martes, 7 de febrero de 2012

Anoche estaba tumbada en la cama, con los pies apoyados en la pared, como de costumbre, moviéndolos al compás de la música que escuchaba. Cuando finalizó una canción y en los cinco segundos que tardó en comenzar la siguiente, escuché los golpes que daban las persianas. Hacía viento, mucho viento. Casi sin meditarlo un segundo, me levanté de la cama, cogí las llaves de mi casa y subí a la terraza comunitaria. Avancé entre la ropa serpenteante tendida hasta quedarme en una zona alejada y me quedé plantada. Me gusta sentir el viento en mi cara, notar mi pelo bailar una melodía siseante, como si un ser invisible me susurrase al oído cosas bonitas, tan bonitas que erizase el vello de mi nuca. Y pese a temblar de frío, seguí pasmada. Dejé la mente en blanco, de pronto mi cuerpo se había convertido en la sensibilidad personificada. Notaba en cada punto el frío, el aire y mi piel, poniéndose en guardia. Miré a mi alrededor, me encontraba sola en la total oscuridad. Me senté en el suelo, encendí un cigarrillo y me tumbé. Comencé a tararear canciones, a levantar los pies, y de pronto, sin quererlo, me eché a llorar. Las lágrimas recorrían mis mejillas hasta caer en picado al suelo, respiraba entrecortadamente, abandoné el cigarrillo y posé mis manos sobre mi rostro.

Puedes estar rodeada de cientos de personas, ser la persona más sociable del mundo, pertener a un foro, tener Facebook o Twitter y sin embargo, sentirte sola.

domingo, 5 de febrero de 2012

El orgullo de cualquier madre



Perdonad este vídeo, espero que entendáis mi felicidad *-*

jueves, 2 de febrero de 2012

Estoy en un apuro

Así es. Tengo un problema de los gordos. De esos que dices: ¡Esto sólo podría ocurrirme a mí! ¡Qué mala suerte tengo! ¿Por qué la vida es tan cruel? Eso junto a miles de improperios.
Creo no haber mencionado nunca una pequeña tontería que tengo desde hace mucho tiempo y de la cual ni recuerdo por qué surgió. El caso es que me da vergüenza hablar por teléfono. Ya sea para pedir cita para el médico o llamar a un amigo a su casa. Es realmente absurdo, pero lo paso realmente mal. Me pongo muy nerviosa, me tiemblan y sudan las manos... Siempre que por fuerza mayor he tenido que llamar a alguien, le he pedido a mi madre que llamase ella y entre risas y burlas, lo hacía.
Y aquí mi gran problema:

Mañana por la mañana he de llamar por teléfono a un restaurante para hacer una reserva (el próximo sábado, celebro mi cumpleaños), mis padres no estarán en casa, luego, me tocará llamar. Sólo de pensarlo me pongo frenética. ¿Qué hago? Muchas veces, para evitar llamar, he terminado acercándome al sitio en cuestión, pero esta vez no podré ya que está bastante lejos de mi casa.
¿Qué me ocurrirá mañana? ¿Me deshidrataré? ¿Tendré un ataque al corazón? ¿Me saldrá voz de pito? ¿Tartamudearé? ¿Me armaré de valor y afrontaré mi tontería? ¿Se reirán y señalarán con el dedo cuando me vean entrar por la puerta el sábado?

Por favor, dadme suerte, la necesitaré.

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿No has querido recibirme esta noche? Hay momentos en que creo no haber leído nunca hasta el fondo de tu alma. Tu mirar me asusta. Me das miedo. ¡Dios santo! ¿Acaso no me has amado nunca? Si es así, que mi marido descubra nuestros amores y que me encierre en una prisión perpetua, allá en el campo, lejos de mis hijos. Acaso Dios lo quiere así. Yo moriré pronto. Pero tú serás un monstruo.
¿No me amas? ¿Te has cansado de mis locuras, de mis remordimientos, impío? ¿Es que quieres perderme? Pues te ofrezco un medio fácil. Anda, enseña esta carta en todo Verrières, o mejor enséñasela sólo a monsieur Valenod. Dile que te amo... pero, no, no pronuncies semejante blasfemia: dile que te adoro, que para mí no comenzó la vida hasta el día que te conocí; que ni en los días más locos de mi juventud ni siquiera soñé la felicidad que te debo; que te he sacrificado mi vida, que te sacrifico mi alma. Tú sabes que te sacrifico mucho más.
¡Pero qué sabe de sacrificios ese hombre! Dile, dile para irritarle que desafío a todos los canallas y que en el mundo sólo existe para mí una desgracia: la de ver cambiar al único hombre que me une a la vida. ¡Qué felicidad para mí perderla, ofrecerla en holocausto y no temer ya más por mis hijos!

Madame de Rênal, Rojo y Negro, pág. 157

domingo, 29 de enero de 2012

Me siento fría pese a estar bajo de miles de capas de ropa.
Hoy he leído cosas que me han sacado una pequeña sonrisa. Después he tenido que tragar saliva para no llorar.
Esta noche me he prometido acostarme a la una. Son las tres de la mañana. Nunca seré una mujer de palabra.
Me gusta tumbarme en la cama y poner los pies en la pared de tal forma que parezca que alcanzo el techo con los dedos.
Y odio el amor.
No es el resentimiento el que escribe, os lo aseguro.
Me he cansado de esperar.
El otro día encontré a una compañera de clase llorando en el baño. Me quedé a su lado silenciosa mientras observaba cómo sus lágrimas se precipitaban a su cuello irremediablemente.

Tengo ganas de ir a Madrid para perderme. Ver mi cuadro favorito y echarme a llorar de la alegría. Sentirme (aún más) pequeña frente a esos gigantes de ladrillo.

Y me voy a fumar.

sábado, 28 de enero de 2012

No me quedan boquillas para fumar. Contemplo la desesperada opción de utilizar cartón.
Hoy es una noche rara. De esas en las que tienes sueño pero no vas a dormir porque crees que puedes hacer muchas cosas despierta y terminas sin hacer nada.

El otro día, en mi instituto, conocí a dos chicas. Estuvimos hablando de lo típico que se habla cuando conoces a alguien: sus gustos musicales. La conversación comenzó con un "¿Quieres matarlo?" refiriéndose a un porro de hachís. Parece ser que entre ese tipo de personas la mejor frase para entablar conversación es esa. Luego comenzaron a hacerme preguntas sobre gustos en particular, hasta que apareció mi compañera de clase y entre las tres hablaron sobre banalidades tales como casas ocupas, raves y drogas.

- Entonces, ¿No vas a raves?
- No, tampoco me gustan. Intento huir del ruido y el gentío.
- ¿Ruido? Dirás música...
- Bueno, discrepo en eso bastante.
- Pero te emborracharás, te drogarás o fumarás porros, ¿no?
(Es curioso cómo dan por hecho que por ser joven tengo que hacer tales cosas)
- Sólo fumo porros muy de vez en cuando. Y no me gusta emborracharme.
- ¿Que no te gusta emborracharte?
(Ojos como platos)
- No, disfruto bebiendo cerveza, ¿Qué necesidad tengo de obligarme a consumir alcohol de alta graduación para emborracharme?
- Qué aburrida eres.
- Gracias.
- Laura es rara. No le gusta mi música*.
- Tu música es ruido.
- No entiendo por qué dices eso, es buena. Deberías respetarme.
- Lo haré el día que tú respetes mis gustos musicales.

Y así.
Nunca me había planteado el hecho de ser una persona aburrida. Sin embargo, no me quita el sueño que tres punkiperroflautas antisistema con gafas Vogue o zapatillas Nike me digan que lo soy ya que no me drogo hasta perder el sentido. Me da rabia esa gente. Me recuerdan a los niños de 15 años que fuman para sentirse mayores. Ellas son incluso, peores.

Me prometí que cuando comenzase el instituto intentaría ser más tolerante con la gente. Pero me cuesta.
Cómo echo de menos tener conversaciones estimulantes.


* Soziedad Alkoholika, Lendakaris muertos y demás grupos con faltas de ortografía para presumir lo rebeldes y geniales que son.

sábado, 21 de enero de 2012

Terror al dequeísmo

Así es. Le tengo pavor. Cuando escribo y tengo que poner algo acompañado con "de" y lo que sea lo paso mal, en serio. Comienzo un debate mental sobre ello y termino borrando la frase sustituyéndola por algo semejante.
Una vez me corrigieron un dequeísmo y me dio vergüenza. Me gustan las críticas constructivas, sin embargo de ortografía, no, porque pienso que no hago ninguna falta (alguna puedo hacer, claro, pero no acostumbro).

¿Sabéis de alguna técnica para no cometer ese error garrafal? Miré por Wikipedia y tal pero el rollo sintáctico no lo entiendo muy bien, hace como tres años que no doy y no entiendo la mitad de las cosas.

No sabéis lo mucho que me alegraría saberlo. :)

domingo, 15 de enero de 2012

He tomado como una rutina placentera escuchar música clásica mientras fumo un pitillo en la ventana antes de irme a dormir. A veces pienso lo fantástica que es esa música, lo que puede llegar a transmitirte sin necesidad de una voz que le acompañe. Suelo pensar mucho y en muchas cosas a lo largo del día, puede parecer que me encuentre en un ensimismamiento ridículo. Algunos le llaman (o me llaman) empanamiento, yo lo llamo abstracción. Nunca suelo contar aquello que pienso, directamente miento si se me pregunta, considero que es algo mío y privado. Es una auténtica delicia perderse en los pensamientos de uno mismo.
Cuando lleno la bañera de agua, me gusta aguantar la respiración una vez sumerjo la cabeza y escuchar los latidos de mi corazón, imagino que es morse, que me habla. De hecho, lo hace. Todavía no sé morse, espero aprenderlo algún día.

Una vez, mi madre me llamó insensible. Esa noche lloré como una niña en mi habitación, horas. No lloro delante de nadie, me da vergüenza. Me cuesta abrirme a la gente, suelo ponerme nerviosa y termino diciendo chorradas. Pero el caso es, que me considero demasiado sensible. Eso no lo sabe nadie. Aparentemente soy la solidez personificada. Eso sí lo saben. Me he emocionado escuchando el Canon de Pachelbel, viendo fotografías en una exposición, admirando mi cuadro favorito o leyendo Ni de Eva ni de Adán. Es más fácil catalogar sin conocer, nos crea una falsa idea de máximo conocimiento sobre algo. Idiotas. Realmente ofrezco tan poco que nadie se para a preguntarme.

Quizá el problema es que realmente no me conozco, tal vez esa sensación sea desprendida por todos mis poros contagiando a cualquiera. Pero si de algo estoy convencida es que si alguien lee mi blog entero y lee entre líneas sabrá conocerme mejor que muchos amigos e incluso mi familia.

Todavía me pregunto por qué escribo esto. No pretendo que nadie me conozca, no quiero que se piensen que me creo alguien especial y magnífico. Mi blog es todos los sentimientos que me guardo a lo largo del día, de los cuales a nadie puedo contar. Creo que esa es la palabra: poder.

domingo, 8 de enero de 2012

El juego de mi vida

Cuando era pequeña, me pasaba la vida jugando con mis amigos y devorando libros, pero si algo fue destacable en esa época fue mi temprana afición a los videojuegos.
Aún recuerdo pelearme con mi hermano mayor sobre quien jugaba a la Nintendo NES después de comer, llorarle para que me pasara la tortura en Metal Gear Solid, ya que quería ver el final en el que se quedaba con Meryl, traumarme de por vida al verle jugar al Resident Evil 2 o alegrarme enormemente al pasarme la liga Pokemon en el rojo de Game Boy Color.

Comencé a jugar siendo muy pequeña, no sé si fue un error de mis padres por consentírmelo o si debería darles las gracias. El caso es, que tengo un cariño impresionante a un juego, quien me conozca, sabe de sobra cual es: Metal Gear Solid.

Contaba con 7 u 8 años cuando mis padres le regalaron a mi hermano ese mítico juego para PSX. Cuando me dejaba, encendía la consola y me lo iba pasando. Seguía la historia, aunque no supiese realmente de qué iba, un tema demasiado complejo para una niña tan pequeña. Pero pronto comencé a saberme de memoria los tipos de armas, qué hacía cada una y cómo emplearlas, ya sea eficientemente o para partirme de risa explotando a los terroristas con misiles Stinger. La única parte del juego que era imposible pasarme fue la de la tortura que mencioné antes. No tenía mucha agilidad en los dedos entonces y pasarme con éxito esa parte me resultaba imposible (estaba empeñada en ver el final con la chica), así pues, iba a mi hermano con ojitos llorosos para que me la pasara. Al finalizar el juego me quedaba maravillada, aunque no sabía por qué realmente, eran muchas las cosas que se me escapaban.

Me hice mayor con esa saga. Le cogía a escondidas las revistas de videojuegos a mi hermano (quién no recuerda la mítica Playmanía, xD) para saber el lanzamiento de la siguiente parte. Aún hoy, sigo emocionándome en la parte que muere Sniper Wolf o el pobre Gray Fox (la última en el autobús de vuelta a casa, en la PSP). Me he llevado alegrías y decepciones, pero el cariño que le tengo a esa saga, no me lo quitará cualquier ida de olla de Hideo Kojima (vease Metal Gear Solid 2 o Metal Gear Solid Rising).

viernes, 6 de enero de 2012

Mein Kampf

Al igual que aquel retaco, bigotudo y acomplejado, también conocido como Hitler, escribo mi propia lucha.

Está originada en mi interior. Siento cómo dos ejércitos, uno visiblemente mejor preparado que el otro, se enfrentan cara a cara a la gran lucha final, la cual decidirá el futuro de mi cuerpo. Comienza la batalla.

Crean trincheras, campamentos, arrasan territorios enemigos, debastan zonas habitadas por seres ajenos a todo conflicto.

Parece cercano el final victorioso del ejército que en principio su preparación era nefasta, sin embargo, y en un día de lluvia y frío, el enemigo saca ventaja y termina haciéndose con todo el territorio. Coronado, conquistado.

En el exterior, saco mi pañuelo blanco, de rendición* y comienzo a toser. Me he constipado.


*Sugerido por el Sr. Anónimo de Formspring. Gracias. :)