domingo, 30 de mayo de 2010

Qué estúpidamente estúpido es todo, y qué estúpidamente estúpida se siente una al ver que no sirven una mierda sus palabras. A la gente le encanta sufrir, ser una mártir para gozar de un día al año de un reconocimiento (inmerecido).

Qué jodidamente divertida es la autocompasión y la hipocresía. Qué maravilloso es prestar tu atención a alguien y ver que la tira a la maldita basura.

Qué cansada estoy ya, jolín.

2 comentarios:

Kong Ming dijo...

Bienvenida al mundo real.

LoQuePuedoDecirDeMí dijo...

Y seguro que después ni lo agradecen...