miércoles, 13 de octubre de 2010

Probé al hada verde (que no era verde, sino negra). No sé qué tenían en la cabeza los bohemios del S. XIX, pero aquello era fuego líquido. Al beberme el "chupito", me encendí un cigarrillo y temí prenderme fuego interiormente. Qué forma de arder tenía mi corazón y mis pulmones. Creí morir durante una fracción de segundo. 85º angustiosos viajando por mi garganta.

¡Y cuento todo esto porque no sé qué contar en mi primer día de vuelta!
Si alguna personita me seguía, siento mucho la tardanza, estaba de mudanza emocional y los mozos iban muy lentos.

5 comentarios:

Arald dijo...

Que forma de inspiración más vanguardista.

Aunque de tomar absenta a tomar alcohol etílico hay un paso ;)

H@n dijo...

Jo yo venía a insultarte porque he leido en el blog de Arald que te gusta, pero casi mejor me meto con el que parió tal veneno ¬¬

Y a los mozos hay que azotarles, que si no se te suben a la chepa!

H@n dijo...

Con tu permiso, me quedo ^^

Belsan dijo...

Pero la absenta de hoy en día no mola, no tiene emoción. La que se fabricaba en aquella época y que fue prohibida por conducir a la locura y a la muerte... eso sí que eran buenos tiempos XD

Onofre B dijo...

+1 al comentario de Belsan.
Y tú, Mia; no cuentes que dices esto porque no sabes qué otra cosa poner, porque a mí me habías convencido por completo xD

Por cierto, ya sé a quién preguntar cuándo me toque mudanza emocional, que yo en eso ando perdido y sin mozos