viernes, 28 de enero de 2011

Sumergir mi cabeza en el agua y sentir las ondas del líquido elemento en mis oídos. Abrir la boca, hablar y decir burbujas. Pensar. No pensar. Mirar la nada, ojos inertes.

1 comentario:

Belsan dijo...

Es muy agradable dejarse ir en el agua. Ojalá no hubiera que respirar. ¿Será un recuerdo de nuestro origen?