martes, 10 de mayo de 2011

Huele a locura

Una vez allí, nadie defendía una bandera ni lo que ella representaba, perdías el nombre, tu identidad, para ser simplemente un enemigo con un arma. Tocar tierra significó perder la cabeza. Mirar a tu presa a los ojos como quien mira un conejo en un bosque. Y hambre, y dolor, y sangre. Te mira y le miras pero no huye, ya ha muerto. Murió hace meses pero su cuerpo seguía en movimiento. Sabía que encontraría su asesino. Y te vio. Un pobre voluntario, de manos temerosas, defendiendo una patria que ya le había traicionado mucho antes de marchar hacia Vietnam. Acabas con su vida, una vida, un amarillo menos, ¿y luego, qué? Condecoraciones indecorosas que huelen a vergüenza, a napalm, a agente naranja y a generaciones fantasma. Entraron como vencedores y salieron, los que pudieron salir, como vencidos. Llegaron a Estados Unidos sin mirada, muertos en vida sin alma, sin bandera, sin brazos, sin piernas, sin cabeza.
Intereses y niños llorando, el fuego en sus ojos. God saves America.



Foto realizada en una exposición en Fnac, Valencia, fotografías de la película Apocalypse Now. En la foto sale también mi reflejo, mierda.

2 comentarios:

Dara dijo...

Napalm con el café, a veces.



(me apetece dejarte un abrazo de los que crujen. porque sí)

Mia dijo...

Y lo recibiré encantada. Gracias :)