domingo, 21 de agosto de 2011

When you're a stranger

Me quedé pasmada, esperando que las puertas del autobús por fin se abriesen. Y sentía que me miraba tras sus gafas negras de pasta. Fue un minuto eterno. Aferrada a mi nuevo compañero, un libro sobre mitos y leyendas japonesas, me armé de valor. Nunca en la vida me habría planteado el hecho de hacerlo, y es que, sólo de pensarlo me temblaban las piernas y el corazón, siendo un maldito flan con el ceño fruncido. Y la miré. Dos, tres segundos. Se había dejado el pelo crecer, llevaba las mismas gafas de vista que otras veces, con el mismo rostro distraído y soñador de siempre y preciosa, más bonita si cabe. No dejé de mirarla y los dos, tres segundos se hicieron más eternos todavía. Quité la vista, las puertas se abrieron y salí corriendo de allí, abrazando el libro muy nerviosa.
Cuando salí al exterior comenzaron a caerme lágrimas de los ojos. Hacía meses que no la veía y quien sabe el tiempo que tendría que esperar para volver a saber de ella. No sé su nombre. Sólo sé que le gusta mirar por la ventana del autobús pensativa, vestir colores pastel y no llevar complementos como pendientes o colgantes.

Hace como dos años que la vi por primera vez, desde entonces no he podido quitármela de la cabeza y desear encontrármela por la calle. Para ella soy una simple extraña más, para mí, es esa chica que veo cada no sé cuántos meses y que me alegra el momento en el que me encuentro.

4 comentarios:

Belsan dijo...

¿A qué esperas? ¡Dile algo! ^^

Mia dijo...

Qué vergüenza >.<
Tal vez en otra vida, cuando sea menos vergonzosa U_U

Kurai dijo...

Tírale un beso =D

Mia dijo...

Sí claro, y que crea que estoy loca o que soy una obsesa, xDDD