miércoles, 4 de mayo de 2011

Japón, los tubos de neón y mi obsesión

Hay días en los que no paro de pensar en Japón. No sé realmente qué es lo que me atrae de ese país. ¿Su sociedad? tal vez en otra vida ¿su cultura? puede ¿su gastronomía? no lo descarto ¿todo junto? no me convence.

A veces retrocedo mentalmente y me convierto en una niña pequeña. Me encantan las luces de colores, los tubos de neón son mi pasión, los carteles luminosos viejos y rotos. Algo que me maravilla ver en las pelis es el vaho o a-saber-qué-carajo-es-ese-humo que sale de las alcantarillas. O perderme. Tengo una verdadera obsesión con esa palabra. Cuando quedo con alguien muchas veces se me escapa: ¡perdámonos! Me siento frustrada, pocas veces me he perdido en mi vida. La última fue en Valencia, creí coger un buen atajo y terminé no sabiendo donde estaba. Y jolín, me sentía realmente a gusto. Saber dónde no me encontraba no era una verdadera prioridad, más bien una necesidad. Hace tiempo que no tengo esa sensación, y aunque me gustaría compartirla con alguien, es algo difícil. Creo que realmente me pierdo cuando paseo sola. Los mejores momentos los pasamos a solas. Dudo que pudiese disfrutar tanto como lo hice cuando visité Montjuïc sola. Los colores son más nítidos, los sonidos más suaves, el aire mas fresco y mi cabeza más despejada. O cuando descubrí mi cuadro favorito, eso sí fue un maldito amor a primera vista.

Con todo esto quería decir (o más bien decirme) que creo que ya sé por qué me atrae Japón. ¡Por todo! a veces las mejores cosas se encuentran en las acciones más nimias del mundo mundial (algo que siempre he creído). Amo su suelo, sus semáforos, sus restaurantes de sushi con platos que pasan por una cinta delante tuya (aunque odie el sushi), sus niños pequeños con sus gorritos amarillos, su cielo sin estrellas, o su cielo con estrellas si estás en un pueblo, sus rascacielos, sus toriis, sus templos, su hierba fresca, sus cafeterías, sus paraguas transparentes , sus nunchakus (adoro, ADORO esa palabra. Nun-cha-ku. ¡Es perfecta! y ya sé, es de China, pero nunca encuentro el momento en el que decirlo/ponerlo), el vaho de las alcantarillas, las tiendas REPLETAS de cómics y mangas hasta decir basta, sus trenes y las fotos a gran velocidad.

Sé con certeza que el día que vaya a Japón, me perderé. Me perderé tantísimo que incluso llegue a encontrarme a mí misma.


Me encanta este vídeo. No puedo evitar emocionarme.

5 comentarios:

Juan Trystero dijo...

Espero que puedas visitar Japón cuanto antes. Si no es indiscreción, cuál es tu cuadro favorito?

Mia dijo...

Grito Nº 7, de Antonio Saura :)

Kurai dijo...

Me encanta japón =D! También quiero ir algún día, pero con bastante dinero para poder pasar allí al menos 15-20 días (si puedo, más). También me gustaría saber japonés cuando vaya, por eso es un proyecto tan a largo plazo...

Aunque me avisaron de que, en según que hoteles de estos tradicionales, no te dejan entrar si tienes tatuajes =/

Mia dijo...

Es que para ir a Japón te tienes que dejar un cojón de pasta, con la tontería de que su moneda está devaluada el avión y el alojamiento te sale caro de cojones, xD

También me gustaría saber japonés, pero después de haber dado clases y seguir sin saber hiragana, katakana y algún kanji, me da a mí que iré hablando inglés (que tampoco sé) xD

A mí me dijeron que era, sobre todo, a la hora de buscar curro. Menudos capullos, de verdad xD

Onofre B dijo...

El video es tan genial como el concepto de perderse tanto como para encontrarse a uno mismo.
De este tipo de videos también me llama la atención que consiguen transmitir mucho y para realizarse sólo han necesitado de una cámara, un programa de edición de video y un trípode (puede que de más cosas pero es que yo soy muy ignorante xD) Pero la moraleja es que te imagino a ti en Japón haciendo algo como esto, la verdad.