martes, 16 de agosto de 2011

Ay, tú

Releyendo mi blog privado, mi cubo para vomitar personal e intransferible, he leído un párrafo que realmente merece ser puesto aquí y que me ha vuelto a hacer reflexionar sobre lo efímeras que pueden ser las relaciones amistosas, románticas, loquesea.

Hoy añoro todo. Añoro a Y***, a A**** y a D****. Con el tiempo te das cuenta cómo sin darte cuenta las personas pueden influir en tu vida: me han enseñado a cuestionármelo todo, a vivir una vida sin limitaciones, a ser políticamente incorrecta en cualquier situación sin perder la elegancia.
Realmente creo que estamos hechos de trozos de otras personas, que por mínima que sea una relación y por rematadamente imbécil que sea la persona, siempre aprendemos algo sin darnos cuenta. Y cuando estas personas desaparecen de nuestras vida se produce un vacío que no puede cubrirse con cualquier cosa. Imagino que crecer implica desprenderse de la gente. Crecer da asco.


Como me ocurre cada X tiempo, termino acordándome de esa personita, algo recurrente y tortuoso pero que gracias a ello, supongo, me ha hecho valorar lo que tengo. Considero que debería darle las gracias o matarle de una paliza gitana, no sé.

3 comentarios:

Ventura Villena dijo...

También creo que crecer implica desprenderse de mucha gente. Da asco, pero es la vida.

De todos modos, mientras los recuerdes de ese modo nunca te separarás del todo de ellos. Te llevas lo mejor cada uno ^^♥

PSD: Yo siempre leo tu blog aunque no suelo comentar porque normalmente me dejas sin palabras :) un beso enorme♥ que eres grande.

Kurai dijo...

+1 a la paliza =D!

Mia dijo...

Neki, es muy bonito eso que has dicho, y tienes toda la razón del mundo :)
Muchas gracias por seguir leyéndome, eres un cielo de chico =)

Kurai, píllate un avión, quedamos en alguna parte del sur de España para molerle a palos, uahahaha