viernes, 6 de enero de 2012

Mein Kampf

Al igual que aquel retaco, bigotudo y acomplejado, también conocido como Hitler, escribo mi propia lucha.

Está originada en mi interior. Siento cómo dos ejércitos, uno visiblemente mejor preparado que el otro, se enfrentan cara a cara a la gran lucha final, la cual decidirá el futuro de mi cuerpo. Comienza la batalla.

Crean trincheras, campamentos, arrasan territorios enemigos, debastan zonas habitadas por seres ajenos a todo conflicto.

Parece cercano el final victorioso del ejército que en principio su preparación era nefasta, sin embargo, y en un día de lluvia y frío, el enemigo saca ventaja y termina haciéndose con todo el territorio. Coronado, conquistado.

En el exterior, saco mi pañuelo blanco, de rendición* y comienzo a toser. Me he constipado.


*Sugerido por el Sr. Anónimo de Formspring. Gracias. :)

1 comentario:

Onofre B dijo...

Es un microcuento genial. Muy sorprendente, qué chulo, de verdad!