miércoles, 6 de abril de 2011

Las cenas en el parque y el frío de las 22:30 de la noche

Me molan mis amigos. Tengo pocos, pero son lo más guay del mundo por delante de Paul Anka o la lasaña.
Siempre vamos al mismo banco, en el que, siendo más jóvenes, nos pelábamos las clases e íbamos allí a jugar a Magic o a hablar de la serie anime que veíamos.
Sólo tengo que sentar mi culo en un banco frío y pasar largas tardes hablando de trivialidades o sobre el futuro incierto que nos depara. Hablamos del país como si tuviésemos alguna idea de lo que decimos y debatimos sobre chorradas. Nos traemos la cena de casa fría, en tupperwares, y a pasar una grata cena con mosquitos, arañas y tabaco.
Es realmente gratificante quedar y ver cómo te saludan con una gran sonrisa. Creo que no hay nada en el mundo mejor que ellos.

2 comentarios:

Belsan dijo...

Los amigos verdaderos, esos que te reciben con una gran sonrisa que te entibia el corazón, siempre son pocos. Pero siguen siendo un gran milagro, a que sí?

Mia dijo...

Exactamente, veo que tú también tienes algún amigo que te alegra el corazón de esa forma :)