jueves, 17 de diciembre de 2009



Se llamaba Jueves y éramos amigas. Siempre que bajaba a mi perro, ella estaba por allí, se acercaba y restregaba su lomo en mis piernas. Hiciera frío, calor, viento o lluvia ella me saludaba y paseaba conmigo. A veces, cuando estaba triste, no había otra cosa que me consolara más que tenerla cerca de mí. Ambas buscábamos algo de cariño la una en la otra.
No le tenía miedo a nada y nadie, aunque muchas veces aparecía con heridas recientes de alguna pelea. Recuerdo que un día la vi tumbada, tras una verja, herida, y no pude hacer otra cosa más que echarme a llorar de impotencia. Me dolía verla mal.
Hubo un día que dejé de verla, hicieron obras cerca del lugar donde nos reuníamos. Desde entonces no he vuelto a saber de ella, pero sé que está en alguna parte, esperándome y algún día volveremos a compartir tardes lluviosas.

4 comentarios:

the spin doctor dijo...

Esto no se hace, Mia, cosas asi no se pueden trollear... :'(

Alguien deberia escribir una cancion sobre lo mucho que molan los animales callejeros.

Belsan dijo...

Es mona. Me gusta su mirada curiosa. Por eso me gustan los gatos, porque parecen listos. Casi más listos que uno, ya que estamos.

Anónimo dijo...

qué historia más tierna Lau (L)

Vicente Solbes dijo...

Si Jueves está muerta, qué sentido tiene seguir?